Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

jueves, 28 de febrero de 2008

¿Es bueno o malo quedarse sin voz?

Me he quedado completamente afónica. (Gages del oficio de educar a criaturas humanas de menos de un metro)

¿Y sabéis qué? que me he dado cuenta de que, por mucha importancia que tenga la voz, en ocasiones se ven más las cosas, sin mediación de las palabras.
En fin, que diga yo esto que tengo un blog y me gusta la filosofía puede resultar un tanto extraño. No importa. En realidad creo que las palabras tienen sus lugares y sus no-lugares.

Por cierto, no me hago responsable de la publicidad que cuelgue google en mi página y menos de la que me han puesto hoy en la que pone Vota PP. (yo jamás lo haré, y tampoco lo recomiendo a nadie).

Saludos

miércoles, 27 de febrero de 2008

Esa cosa llamada felicidad...

La felicidad no entiende de situaciones ideales. Cuando más ideal es una situación, más problemas nos inventamos los seres humanos. Yo creo que somos una especie un tanto idiota, en cuanto que no apreciamos lo que tenemos hasta que lo damos por perdido.
Nos gusta muchísimo el pasado.

Parece que esta forma de actuar no sólo pertenece a la esfera individual de las personas, sino también trasciende a la política.
Con ver los debates de la campaña electoral, basta. Concretamente el que se dió entre Zapatero y Rajoy. Nunca he escuchado nada tan lamentable. El pasado como ideal estuvo presente en todo el debate, en cuanto a que cada uno sacaba su propia versión esgrimiendo pseudoargumentos del tipo: tú lo hiciste peor, o tus cifras entonces eran un asco y mira las mías en la actualidad. La palma se la llevó Zapatero con la frase "yo he repatriado más inmigrantes que tú" y "tú legalizaste a la gente con un bonobús, míralo, está aquí escrito .- (sin citar la fuente informativa tan siquiera.)
Bueno, tampoco quisiera dejar de lado las arremetidas de Rajoy utilizando el terrorismo como tema electoral, no sé si fueron tres veces las que repitió la frase "Tú has defraudado a las víctimas del terrorismo pactando con ETA".

Aunque reconozco que esta forma de hacer política está empezando a ser algo así como una competición emotivista en la que caemos todos. Yo misma me sorprendí anotando tantos a favor de uno o de otro durante el debate, como si fuera un juego, el pasapalabra, o cualquier otro concurso televisivo consistente en lanzar mierda contra el otro candidato, o hacer que el otro ponga cara de circunstancias y se haga caca en los pantalones.

Ni siquiera estaban presentes otros candidatos de otros partidos, sólo dos personas como si la democracia consistiera en líderes absolutistas. Y me parece sumamente lamentable este hecho, porque demuestra la crisis de la auténtica representación de todos los partidos políticos en la vida pública, la falta de una auténtica democracia. Si la sociedad es plural ¿por qué sólo hay dos partidos políticos que se anuncian?

O rojo o azul, parece querer decir todo esto. O votas a uno o a otro. Lo realmente patético de todo esto es que yo acudí con ganas de escuchar las propuestas electorales y me encontré un diálogo para besugos en el que uno decía A y el otro B.
La política en realidad debería ser otra cosa, un diálogo entre partidos y no esta especie de concurso a ver quien tira del rin al otro candidato. Era más bien un combate de retórica, una pelea de gallos... yo que sé, no me quedan más palabras para definirlo.

Ah, y el título de la entrada es por la felicidad que me produjo apagar la televisión e irme a dormir. Felicidad absoluta.

domingo, 24 de febrero de 2008

¿Escuelas para Romaníes? (Corta-pega de Amnistía internacional)

La mayoría de los niños y niñas romaníes (de etnia gitana) de Eslovaquia son segregados a colegios "exclusivos para romaníes". Otros son escolarizados en centros "especiales", a pesar de que no presentan discapacidad física o mental de ninguna clase.Con frecuencia estos niños reciben una educación de menor calidad y tienen muy pocas oportunidades de proseguir sus estudios. En 2006, de cada 100 romaníes, sólo 3 accedieron a la educación secundaria obligatoria.Mientras no se garantice la plena integración de romaníes en las escuelas, la discriminación del pueblo romaní en Eslovaquia no acabará. Ningún menor debe ser excluido de la enseñanza general de calidad por motivos étnicos o de pobreza.

Firma esta petición: http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/eslovaquia-menores-romanies dirigida a las autoridades eslovacas para que los derechos de los niños y niñas romaníes sean respetados plenamente. Firmar por una educación sin discriminación es firmar por un mañana más justo.

Esteban BeltránDirector – Amnistía Internacional Sección Española

domingo, 17 de febrero de 2008

Hay una loca de la casa en nuestras cabezas.
Y es que, o la aceptamos o se vuelve cada vez más loca con el paso del tiempo. Pobrecita. Quieren encerrarla entre cuatro paredes, hacerla ser formal, vestida con traje de uniforme y corbata, pero ella continúa con sus pelos alborotados, con su falda raida y su mirada de mil colores, traspasando el horizonte.

Señores del jurado, no la acusen de demente o asesina, porque ellatan sólo cometió el delito de tejer sueños, de alimentar la alegría de lo inexistente. De su cabeza nacieron mil sueños, como Peter Pan y Nunca Jamás. De sus labios nacieron como flores, muchas historias y aún le quedan historias por contar.Ella peina los sueños y las pesadillas. Dejénla tranquila. No la atosiguen con mentiras, pues su inocencia es tal que se dejaría engañar sin ser mala intención la suya.
No hagan preguntas absurdas ni la encadenen, marcándola con los hierros candentes de la incomprensión o la razón sin corazón.
Porque, lo queramos o no, en nuestras almas se encuentra al menosuno de sus cabellos revueltos, que de vez en cuando nos recuerda que somos seres humanos. Matarla completamente sería despertar de veras a la locura.

viernes, 15 de febrero de 2008

¿Libres o esclavos?

Hoy respiro cierta libertad al comprobar que, pese a que el trabajo me parece a veces un poco axfisiante, no hay nada más grato que conseguir pequeñas metas con los niños.

Es que, en realidad, ellos son los que nos hacen ver, que la prisa es algo que no va con ellos.Muchas veces me pregunto, en qué momento olvidé que lo pequeño es grande. Espero que ellos me ayuden a encontrar el camino de vuelta a las cosas insignificantes. Que no son tan insignificantes, en realidad.
No sé en qué momento dejé de confiar en la gente. No sé porqué, este camino es necesario para seguir para adelante. Toda persona tiene que pasar por ahí, por pensar que no todo el mundo es de fiar. ¿y luego qué? Aprender cosas como, que no hay nada mágico porque siempre vienen dificultades tarde o temprano. Que las cosas son imperfectas, vamos.

Que hay quien por dinero vendería a sus propios hermanos. Ignoro en qué momento de la existencia una persona decide que el dinero importa más que la gente. O aquel en el que, se decide cerrar las puertas a las personas diferentes por miedo.
Hay tantas cosas que se aprenden que no se deberían aprender, que me gustaría regresar al origen en el que, sólo me preocupaba por buscar piedras en el parque, o hacer pasteles de arena.
El mundo crece cuando crecemos, ¿y la libertad? Hay quienes dicen que sí, que somos más libres a medida que crecemos. No lo sé, tal vez más autónomos, pero ¿más libres?

La especialización de los adultos es tan sumamente perfecta para los niños... pero creo sinceramente, que si supieran lo que les espera, preferirían quedarse ahí, en ese momento. No somos en absoluto lo que ellos creen.
Sí que somos un poco fiasco en ocasiones. Si ellos supieran, tal vez dirían: me quedo en esta edad.
Lo lamentable es que, el tiempo no perdona, y cuando te quieres dar cuenta estás ahí, en el otro lado de las cosas, mirando prácticamente la vida, como si fuera algo de lo que tienes que sacar partido.
En cambio, mira a los niños jugar, vale, no dejan de pegarse por los juguetes. Pero no hay mayor ambición que conseguir el juguete del otro. Una vez lo han logrado, se acabó, fin de la pelea. No es ideal ni mucho menos, digamos que es una especie de felicidad un poco torpe, pequeña, como ellos. Se reduce a las satisfacciones más primarias. Como luego existo. Duermo luego existo. Me como los mocos, luego existo.
En cambio mirémosnos los adultos: cuando conseguimos una cosa, queremos otra, y después otra, y luego otra. Y después otra. Y luego otra. Y así sucesivamente.
¿Acaso eso es libertad?

¿Cuál es realmente la conquista de la libertad? ¿Caminar sobre dos piernas? ¿Poder hacer el amor de pié? ¿Tener esa cosa llamada "encéfalo" que nos hace preocuparnos constantemente por todo? ¿Tener aquello que llaman capacidad para "razonar"? ¿Poder pulsar los botones del mando a distancia? ¿Tener la posibilidad de ser explotados en un trabajo por 700 cochinos euros?

¿Cuál es la condición de posibilidad de la libertad?

sábado, 9 de febrero de 2008

Sobre lo público y lo privado (Discusión filoblóggica)

Queda inaugurada la filobloggía, una nueva etiqueta para las entradas de este blogg, en honor a mi querida amiga, la filosofía. No lo puedo llamar filosofía porque yo no filosofo, yo me hago preguntas, nada más ( ; )
Lo de esa gente que se sube a una tarima y recita de memoria las teorías de los autores como si fueran papagallos no va conmigo. A no ser que me demuestren que tras la teoría se esconde algo, una pregunta, sobretodo algo esencial para entender las lineas del mundo. Lo otro son competiciones de sapiencia que no tienen fundamento alguno.
En realidad lo que quiero decir es que, mi amiga la filosofía huye de esos lugares como la peste, o está bastante ausente, o así es como lo veo yo. Que al final si no hay pregunta tampoco hay respuesta.
(Ah y lo de Filobloggía es porque no llega a la altura de la filosofía dialogada, de ninguna de las maneras.)

Bueno, vamos al meollo de la cuestión: en uno de los comentarios discutía con Aristófanes sobre las ideas de "individualismo", lo "privado" y lo "público". Y discutiendo, llegamos a cierta pregunta ¿Qué es lo privado? ¿Y lo público? Probablemente no pueda dar una respuesta filosófica, dado el alcance de mis propios conocimientos. Lo que sí puedo hacer es poner un ejemplo de lo público y lo privado.
Cuando yo era pequeña, en mi barrio había una asociación de vecinos, formada hace por lo menos 15 años (ahora ya no existe). La gente se conocía entre sí, hacían muchísimas actividades juntos, organizaban las fiestas para todo el mundo, e incluso se realizaban actividades con los niños. Yo misma recuerdo estar en la calle horas y horas jugando con otros niños del barrio, y no hacía falta alguna que fueran personas especializadas en ocio y tiempo libre, lo hacían porque les motivaba y porque era su barrio.
Cuando acababan las fiestas había manguerazo, se limpiaba todo perfectamente (además de empaparnos a todos los críos y crías que andabamos por allí jugando)
Bien, allí lo público es aquello que montaban entre todos, el espacio compartido y las relaciones que se daban entre unos y otros, inclusive la organización que se daba en un momento dado. Y las normas.

Lo público, podría decirse que es ese espacio compartido por varios seres humanos, en función a una organización y unas normas específicas (limpiar la calle, por ejemplo).
Podemos hablar de espacio físico o de espacio no tan físico, pongamos "espacio relacional", pensando en esa red social que se da de forma espontánea entre la gente.

¿Y lo privado qué es pues?

Ahora viene lo complicado: podria decir, que el lugar donde te dejan "ser tú misma" es el privado. (nota: el femenino no es una errata es una reivindicación)
Pero es que, tampoco es así totalmente, porque en el público también eres tú misma. No creo que sean conceptos contradictorios. Más bien los entiendo como complementarios.
Porque, sea como sea, lo público incide en lo privado. No obstante, lo común es contraponerlo, entenderlo como aspectos diametralmente opuestos.

Vale, todo eso tiene su fundamento, y supongo que la base es la defensa del individuo como objeto de derechos frente a otras organizaciones superiores, que lo puedan atropellar y decidir por él. Eso es innegable, la persona tiene derechos, lo contrario ya se ha visto históricamente, y la misma aprobación de los derechos humanos tiene que ver con la experiencia de la humanidad en este tipo de situaciones.
No obstante, no se puede decir que las organizaciones no estén organizadas por seres humanos o individuos. La idea del individuo contra el sistema es un poco érronea a mi juicio. Se despersonaliza el sistema al igual que se hace con el concepto de privado y público. Lo público es, aquello que me impide actuar autónomamente. El sistema es aquello que coarta mi libertad.
Se asemejan mucho ambas concepciones de la persona como algo que no pertenece a la vida pública, sino como un ser "anulado" por la vida pública.
La vida privada debería ser redefinida de otro modo, no como la parte de vida donde los demás no te influyen. Porque si algo es innegable es que todo el mundo cuando descansa piensa en cómo hace las cosas en la vida pública, o trata de recordar cosas que le han sucedido a lo largo del día.

La conciencia de hecho es algo que recoge esa vida pública. Pero ahí también hay otro problema: el de que se entienda como Freud, una especie de capa superpuesta a la persona, y que debajo hay algo escondido. Si tal cosa fuera verdad, no me gustaría vivir rodeada de seres humanos. Figúrate si a alguno se le cruzan los cables y sale el subconsciente a flote.
Vale, de acuerdo... estáis pensando: ya ha sucedido. A eso lo llamamos trastorno psicológico, malas circunstancias de vida o situación desesperada. Es bien diferente una cosa de la otra. No todos los días a alguien le aflora el subconsciente, porque por muchos sucesos que haya siempre hay una normalidad.
En cierto modo, nos reorientamos en torno a esa conciencia, si no fuera así seríamos unos antisociales; y la conciencia se alimenta de las experiencias vividas, se construye con algo externo, así como el autoconcepto y la autoestima.
De modo que, lo privado no puede ser lo contrario de lo público.
Es evidente que es necesario estar a solas, pero cuando esto sucede estamos acompañados por todas esas experiencias que hemos aprendido e incluso por todas esas cosas que nos van sucediendo en sociedad.

(Mc Pollo habla sobre ello en Tras la virtud, si es que no me lo he inventado.)

sábado, 2 de febrero de 2008

viernes, 1 de febrero de 2008

Mamá tercer sector

Voy a hablar del tercer sector o también según autores, "tejido asociativo".

Cuando hablaba en otro post sobre las relaciones entre el estado y el mercado, al final añadía las funciones de "mamá tercer sector", que se referían a la importancia de la participación social de las personas en su comunidad, entendiendo como comunidad, el entorno donde te mueves, los vecinos que tienes, la red de relaciones existentes entre las personas, al margen de lo que pueda proporcionar el estado en su sistema de bienestar social.
El "tejido social" en las grandes ciudades anda un poco agujereado, por circunstancias como el individualismo: cada vez dedicamos más tiempo a nuestra propia burbuja personal y descuidamos lo que nos rodea, somos personas que hemos reducido nuestra vida a los amigos, la pareja y poco más, lo que nos divierte y entretiene.
El mismo hecho de que nadie sepa qué quiere decir el sector social y lo confunda con el estado de bienestar, da mucho que pensar.
Este tejido asociativo, supone movimiento para cambiar las cosas, movimiento para pedir lo que se necesita en un barrio o en unas circunstancias determinadas (las asociaciones de barrio, algunas ya un poco en vías de extinción y otras no tanto son un ejemplo, así como las asociaciones culturales en las que se hacen cosas para modificar el entorno de barrio, o bien a mayor escala.)

Cuando existe un buen "tejido asociativo" existe mayor posibilidad de que la gente haga cosas y se conozca, se elimina parte de la soledad que tienen las personas mayores, así como las personas más jóvenes pueden aportar sus ideas a la sociedad. Refuerza entonces los lazos de "pertenencia" al lugar donde vives.
Ahora bien, ¿Qué es pertenecer? ¿Qué entiendo yo por pertenecer? El diccionario de la RAE, dice lo siguiente: " Referirse o hacer relación una cosa a otra o ser parte integrante de ella".

Perteneces al lugar del que te sientes parte, en el que participas y te relacionas con ese entorno. Pero actualmente cuesta decir que se pertenece a algún lugar, en primer lugar, porque nos movemos más que nunca de residencia (sobre todo cuanto comienzas tu independencia de piso en piso compartido, si has elegido esta forma de independizarte, si es que existen otras viables y que no te hagan estar más de 20 años en casa de tus padres) y en segundo lugar porque las vías de participación y asociación requieren de tiempo.

Y la vida individual se llena de actividades de todo tipo, tal vez no tan comprometidas, no podemos quejarnos, estar ociosos a cierta edad es prácticamente imposible, o estás buscando tu lugar de residencia, o estás buscando trabajo, o bien te estás formando para ser más competente aún para ese mercado al que tienes que llegar para poder pagarte un lugar donde vivir, y tener una vida medianamente normal.
Después llenamos nuestro tiempo con otras cosas, la televisión, los libros etc. Aún así, podríamos dedicar algo a nuestro entorno. Pero por las razones que sean, no lo hacemos.
¿Quiere decir eso que no pertenecemos a nuestra ciudad?

No lo creo. Simplemente significa que somos parte integrante pero que sólo nos integramos en el proceso económico de la ciudad, nuestra meta se ha reducido a tener una vida digna, una casa, una familia y poco más. Conservamos metas antiguas, con nuevas circunstancias que tal vez requerirían más movimiento social, más unión.
Aunque sea unirse para pedalear juntos y pedir un carril bici, hablamos de algo bueno, de algo que nos hace sentir parte integrante de un grupo, más allá de nuestras propias agrupaciones de amigos, o familia.
Cuando hablo de pertenencia no me refiero a sentirse "madrileño", "andaluz", "valenciano" o de donde sea, hablo de sentir que compartes algo con las personas que te rodean, algo que te une, aunque sea la experiencia.

Aunque Madrid sea una capital, en absoluto creo que la gente se sienta así, yo diría que más bien es una ciudad donde vivimos porque hemos nacido en ella, y no sabemos vivir sin este ritmo acelerado que nos "impone" a veces. ¿yo qué soy? Si acaso madrileña, nacida aquí, pero hasta que no agarré mi bicicleta y me paré a mirar las calles, no me dí cuenta de que me gusta esta ciudad, un poco al menos, de que tiene una historia y unas zonas que son bonitas, que merece la pena visitar. No soy gata, porque mi madre es segoviana y mi padre ha vivido en el norte mucho tiempo, pero si que tengo en las venas ese ritmo infernal, he crecido con él, de ahí que pueda seguir en esta ciudad.

Pero si me preguntan ¿perteneces a Madrid? No lo sé muy bien. A veces me parece que sí, y otras veces me parece que no, que es una ciudad un tanto fría y no por el clima. Y puedo afirmar sin lugar a dudas que los lugares que me hacen sentir parte han sido las asociaciones y la institución en la que estoy estudiando actualmente. Al menos con ambas cosas he compartido mis experiencias y mi tiempo. Y algo más importante: valores.
Esta es la segunda cosa más importante (o tal vez la primera para pertenecer a un lugar) compartir valores, como el aprendizaje común, el ánimo de dialogar o las ganas de juntarse para hacer algo, como ir de acampada (en los scout por ejemplo) y aunque no sea muy transcendental, mirar las estrellas por la noche y decir: "mira, Orión"... podría poner mil ejemplos.

A mí el estado no me hace sentir que pertenezco a un lugar y si no, probad a pisar una administración pública, casi dan ganas de salir corriendo, pertenecer no es la palabra más adecuada. En eso se diferencia del tejido asociativo, en que no ofrece experiencias enriquecedoras. Bueno, habrá quien encuentre divertido lo de ir de ventanilla en ventanilla. En tal caso hay unos señores y señoritas de bata blanca muy amables, llamados psicólogos que le vendrían estupendamente.

Salud y pertenencia