Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

jueves, 23 de julio de 2009

Y fueron felices y comieron ¿perdices?

Mírame a los ojos y dime que me quieres. Mientras, la cicuta asoma a la rendija de la copa de vino que me ofreces abiertamente, con esas manos amplias y cálidas, te miro, sonrío y pienso: ¡qué guapo es cuando me mira así!

Para mis adentros, escucho esa maldita melodía: Bodas, ideales, bonitas palabras de amor, una sonrisa ideal, ¿el padre de mis hijos?, quién sabe, a veces las mujeres inventamos toda esa parafernalia infinita, esa melodía que recuerda a la cenicienta y su príncipe azul, y mientras tanto caemos como tontas en esa pesadilla de mentiras y cuentos de hadas, cuando en realidad sabemos, sin que nadie nos lo diga, que el otro está pensando:

"Menudo polvazo tiene esta"

Aún estamos a tiempo para recuperar el tiempo perdido y hacernos dueñas de nuestras propias vidas. Sin falsos ideales o tópicos trasnochados. Soñar no siempre es gratis, a veces pasa factura.

sábado, 18 de julio de 2009

Facebook y la soledad

Me pregunto en voz alta si facebook no es un fallido intento de esconder la soledad de las personas, a pesar de los medios tecnológicos y la comunicación en la red. Más aún, ¿no tendrá el peligro de simular que gente que hace mucho que no ves está aún contigo?

Quien quiera una buena amistad, que salga a la calle y lo celebre por todo lo alto.

domingo, 12 de julio de 2009

La huella de viernes

Hace algún tiempo, unos meses, en una clase me hablaron del relato de Robinson Crusoe, y concretamente de un pasaje en el que Robinson ve una huella de humano y empieza a plantearse lo problemático de que haya otro ser humano en el mismo espacio que él.

Es entonces cuando empieza a sentirse inseguro, no sabe si va a ser un amigo o un enemigo, la incertidumbre aflora y la sensación de zozobra.

Recordé este pasaje del libro esta semana, cuando un niño de 4 años en el patio me dijo:

"Ese niño no nos hace caso, no se quiere quitar de en medio" (estaban jugando al futbol).
Yo le pregunté por qué no le pedían que jugara con ellos, porque parecía querer unirse al grupo,y el niño me respondió:
"¿Y si no nos hace caso?"
Esa es la huella de la incertidumbre. Nunca podemos asegurar nada con respecto a los demás, pero tenemos que correr esos pequeños riesgos: preguntar, interesarnos por el otro, afrontar el riesgo de que no nos correspondan y un largo etcetera.

Mi respuesta, ante eso no fue un: seguro que dice que sí. Me limité a decirle: Bueno, prueba, a ver qué sucede.

En mi experiencia con los niños a diario me acabo siempre dando cuenta de que en realidad no son tan diferentes a los adultos. Nosotros en vez de preguntar a otros qué va a suceder, actuamos con cautela ante el otro que nos es desconocido. No hay tanta diferencia en realidad. Todos en el fondo tenemos que afrontar cada día esa incertidumbre, que hace la vida más compleja y al mismo tiempo más emocionante, si sabemos disfrutar de ello.

(Para los peques del campamento urbano, con amor.)