miércoles, 16 de diciembre de 2015
Querida España
Querida España
Te escribo una carta porque te tengo abandonada, y últimamente gracias a las elecciones, me he vuelto a acordar de tí, de la crisis que te hace llorar y perder ciudadanos lentamente. Me acuerdo de tu sol, de tus fiestas, de los días de lluvia en casa, de todos esos momentos que nunca olvidaré... Me gustaría decirte que me enternece la fortaleza de tus ciudadanos (los que nos vamos y luchamos día a día por ser comprendidos en otros países y los que se quedan, aún cuando la vida no es fácil). Quisiera que supieras que en el extranjero se nos quiere, tenemos fama de buena gente, aunque ruidosos, joviales. Si somos así es porque el sol de tu cielo azul nos ha enseñado a conocer la alegría. Si somos así de luchadores es porque la crisis no nos ha quebrado el vuelo, nos ha fortalecido y ha desarrollado nuestro buen humor. Quisiera que supieras también que admiro la capacidad de organización social de los españoles, su sentido de solidaridad, su sonrisa y su honestidad, a veces no muy bien comprendida en otras culturas un poco menos "directas". Querida España, sólo te pido una cosa: Que estas elecciones no votes mal a un govierno corrupto que nos deje en la misma situación, que votes con conciencia de la situación. Y que los años próximos, la gente no tenga que marcharse por falta de trabajo, sino por curiosidad por viajar. Un abrazo!
viernes, 4 de diciembre de 2015
La educación basada en la falta de frustración...
En mi trabajo hay una tendencia a educar sin frustrar los deseos de los niños.
No está mal, de hecho, hay que respetar los deseos de los niños, siempre y cuando no perjudiquen a otros. Hay que entender que un niño cuyas decisiones son contradichas constantemente, no va a estar dispuesto a colaborar o incluso a aprender.
Ahora bien...la pregunta es: ¿cuándo tenemos que oponernos a ciertas actitudes de los niños?
Saber cuándo dejar hacer y cuándo no dejar hacer, o convencer a alguien de portarse de otro modo es lo más difícil. Hasta ahora, en 6 años de experiencia, puedo decir que estoy llegando a tener un mínimo entendimiento de cómo leer las situaciones en el aula montessori, y mantener el equilibrio entre la libre elección de materiales y la no- elección (cuando los niños no avanzan, o no quieren hacer algo que suponga un nivel mínimo de frustración)
A otro nivel, mentir a los niños para evitarles frustraciones, postponer decirles cosas o sobreprotegerles es algo que sigo sin estar segura de que sea una buena educación.
No obstante, son prácticas comunes en la cultura irlandesa. Me pregunto, cómo reaccionaran estos niños cuando tengan dificultades de verdad... Me preocupa.
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