Esta pregunta planeaba, cual sombra errante por mi cabeza y en realidad es el incordio de mis pensamientos, porque en entradas anteriores me plantea serias dudas, también (tal es el caso de aquella titulada Dios y la pedagogía).
Considero la dignidad como un a priori del trabajo con las personas, y en seguida se nota quién la respeta y quién no, al menos en la enseñanza, por cómo hablan los alumnos de él o ella. Que nadie me venga con historias de que los chavales cada vez son peores: si se respeta su dignidad, la diferencia de trato es brutal, llegando a marcar la diferencia.
Porque, aquellos que se meten con sus alumnos/as abiertamente, o socavan su autoestima con comentarios un tanto desafortunados como que "no sirven para esto o aquello", están en el fondo cavando su propia tumba a la hora de conseguir favorecer el aprendizaje o dominar las situaciones que se pueden llegar a producir en un aula.
Dicho sea de paso que hablo de dominar situaciones. No a las personas. A las personas se las convence, se busca la clave de entendimiento suficiente como para mantener una relación educativa que permita el crecimiento personal.
Y sin la dignidad, sin un buen concepto de lo que es, no se puede sostener todo lo anterior.
Pero ¿Qué es eso de la dignidad? ¿Se posee al nacer de forma innata? ¿Se adquiere con la pertenencia a un grupo social?
¿Se compra? ¿Se vende? ¿Qué sucede sin tener un concepto de dignidad sobre las personas que nos rodean?
Venía yo pensando, como casi siempre en la cuestión de si es lícito dejar las cosas en manos de Dios, simplemente decir: bueno, como creados iguales por un ser supremo, ya está, somos personas dignas, y socavar esta dignidad es socavar. Me resulta muy fácil, yo si empiezo a creer que hay algo más, llamémoslo Dios, por ejemplo. ¿Por qué sino vamos a tener cosas en común? ¿Cómo es que, haya tantas cosas que nos unen, como el amor?
¿y la conciencia? ¿porqué nos da vergüenza obrar mal?
Porque existe una forma de obrar mal, lo contrario me parece insostenible, caer en el relativismo sería un error absoluto. Sería permitir que la gente haga lo que quiera con los demás con el argumento de que "allá cada cual". Total, si te meto un tortazo porque sí, para mí no estaba mal hecho porque era lo que yo sentía necesario.
No obstante, y aquí viene la parte crítico- realista, la religión no es un fundamento, es más lo que sostiene el fundamento, para algunas personas. La dignidad se explica porque tenemos unas normas sociales (una sociedad) y si no pensáramos así, tal vez bastaría con que alguien nos quitara algo como para ajustar las cuentas y listo, como en la serie de Curro Romero, a navajazo limpio. Respetamos para ser respetados y porque convivimos con la gente.
Es un argumento, experiencial, digamos. Sentimos, necesitamos sentirnos parte de algo. Llamemoslo argumento de pertenencia social.Raíces.
Así mismo, me viene a la mente, que en las tribus donde hay 6 o 7 personas el respeto al prójimo es muy importante, tanto o más que en las ciudades, porque la conviencia es mucho más estrecha. En las grandes ciudades parece ser que esta convivencia se diluye un poco, y parece necesario tener más leyes explícitas que nos digan que el otro es nuestro prójimo, aunque viva tres calles más abajo.
Aún así, sigo pensando que somos más parecidos de lo que creemos: tenemos necesidad de compañía de otros, de afectividad, de sexo, de integración en un grupo o reconocimiento, y de tantas otras cosas que son parte de una naturaleza humana.
No creo que vengamos al mundo sin nada en la cabeza (tal es la tésis que se defiende en un libro llamado La tabla rasa, de Steven Pinker que me recomendaron en los comentarios de este mismo blog). De hecho, aspectos como la necesidad comunicativa de todas las personas sobre la faz de la tierra es algo que lo prueba.
No conozco a nadie, por antisocial que sea que no asome la nariz de vez en cuando para decir: eeh, mundo, estoy aquí. Que no necesite de los demás.
Tal vez es ese el argumento que encuentro para defender la dignidad humana más sólido: En tanto que seres con características similares, somos dignos de respeto, los unos para los otros.
Claro, que, como seres humanos no somos tan diferentes con respecto a los animales. Somos animales racionales (un plagio a medias de un libro que me mencionaron de MacIntyre). Le falta el calificativo más importante, título del libro: Dependientes.
Nos necesitamos unos a otros. Esa necesidad hace también de sujección de la dignidad humana. Somos necesarios para los demás. Y los demás para nosotros. De ahí que se pueda leer entre líneas cierta conexión entre naturaleza, dignidad y dependencia de los demás.
Mucho hay que decir sobre este tema tan complejo y debatido durante años por los filósofos y no tan filósofos.
jueves, 8 de enero de 2009
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6 comentarios:
No creo que vengamos al mundo sin nada en la cabeza (tal es la tésis que se defiende en un libro llamado La tabla rasa, de Steven Pinker que me recomendaron en los comentarios de este mismo blog).
No quiero pecar de malpensado, pero das a entender en tu frase la tesis totalmente contraria a la sustentada por Pinker en esa obra. Pinker como tantos otros defiende el innatismo, o esa dimensión natural como instintiva y por tanto irracional (aunque racionalizable) del ser humano. Innatismo, que no determinismo por cierto.
Efectivamente: Pinker dice que NO VENIMOS AL MUNDO CON LA CABEZA VACÍA.
No creo que vengamos al mundo sin nada (con la cabeza vacía) en la cabeza. ¿? ¿donde ves la contradicción?
NO: negación
sin nada: vacío
Es decir INNATISMO. Hay capacidades innatas.
Pero, no estoy defendiendo lo mismo que Pinker. Si una parte, pero no el todo. Tampoco me sitúo en el innatismo absoluto.
Trata de releer lo escrito y luego me cuentas.
Creo que tu afán crítico te está perdiendo, vecino.
A ver:
Si tú dices: "no creo", una persona normal entiende que la que no cree eres tú. Es decir: "yo, Sara, no creo X".
X sería: "que vengamos al mundo sin nada en la cabeza", es decir: que vengamos vacíos al mundo.
Si tú dices: no creo que vengamos vacíos al mundo y añades entre paréntesis: tal es la tesis de... Creo lícito, y de hecho lógico, pensar que estás afirmando que la tesis de Pinker es afirmar que venimos vacíos. En definitiva, parece que dices: yo no creo lo que afirma Pinker.
Evidentemente, contextualmente uno puede entender el sentido que le has dado tú, así que asumo mi parte culpa... pero que me corten la mano si esa frase no está expresada como el culo.
El afán crítico jamás le puede perder a uno, por cierto.
un saludo.
Bueno...llámalo malentendido y sanseacabó.
-.Es bien fácil criticar lo que escriben otros, por eso no te aplaudo.-
Pero yo te invitaría a aportar algo más sólido que un simple: has escrito mal una frase.- claro que invitación significa que eres bien libre de hacer lo que te plazca.-
Saludos
1. No es tan fácil, como parece que cree, criticar lo que otros escriben. Me siento profudamente agradecido por leer a gente competente, razonadora y argumentadora que muchas veces hacen difícil esa labor. Hurra.
2. Supongo que corregir una errata formal pero que implica un cambio de sentido argumental, no te parece sólido. Eso sí, no estoy de acuerdo.
3. Escribo. Sorprendente conclusión la tuya por cierto... De hecho, y a diferencia de ti, le doy las gracias a la gente que me corrige (tanto errores de forma como de fondo por cierto).
un saludo.
Vale, te voy a explicar algo que me parece importante:
Si criticas ten un poco de tacto.
Porque cuando criticas, y más en un blog, no sabes a quién estás criticando.
Expresiones como :
"pero que me corten la mano si esa frase no está expresada como el culo."
son las que yo usaría para alguien con quien tengo confianza. No para alguien a quien no conozco de nada.
-No sé, no me ha gustado esa expresión, me ha sentado mal.-
Sinceramente, me gustaría que tuvieras un poco más de tacto a la hora de expresar tus opiniones. Si quieres.
No quisiera dejar de contar con tu opinión por aquí, me parece interesante y de hecho me hace pensar en ideas nuevas, aunque sea por contraste.
Saludos
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