Esencias Dublinesas

Dublín se despereza en otoño con una sonrisa de medio sol, brillante, extrañamente brillante para ser Irlanda. Las hojas se caen al suelo, y dibujan extrañas formas, hay castañas por todos los lados, y arañas en las entradas de las puertas traseras (condenadamente grandes para mi gusto y horriblemente peludas) y en las verjas oxidadas por el efecto de la lluvia.

Tierra celta, aún el consumismo no se ha llevado todo por delante, por fortuna, quedan aún resquicios de la cultura de la música, tiendas, festivales, clases de danza irlandesa...
Es difícil imaginar Irlanda hace unos años, antes del bum económico, cuando la "potato famine", que fue una época en la que la gente delinquía para ser encarcelados y poder llevarse algo a la boca. Sobretodo es difícil imaginar las calles llenas de gente hambrienta, cuando pisas Grafton Street o George Street, y ves los centros comerciales, las tiendas lujosas, en definitiva el maremagnun de colores y ropas que te incitan a comprar y a renovar tu imagen.
La cultura del makeover (sé una gorda feliz con ropas de pija) mezclada con la cultura del alcoholismo. Bebe lo mismo y sé divina, anyway!
Criticable pero acogedora, Dublín muestra carteles con el siguiente slogan
"I do taichi all sundays at Phoenix Park, What about you?", la foto es de un pelirrojo típico irlandés, y el mensaje va en contra del racismo.

Racismo inexistente- es prácticamente imposible- Les tenemos rodeados, de hecho los irlandeses están en peligro de extinción, pobrecitos ellos, algún día haremos una colonia española por aquí.
Se puede ver otro cartel que dice: "She tried to commit suicide. The gossip sequels still remain". -
El suicidio e Irlanda es otro tema oscuro del que no todos te van a hablar. Tiene la tasa más alta de suicidio juvenil, sobretodo masculino, a partir de los 20 y tantos años. Sorprendente, pero cierto, si vemos lo sonrientes que son los irlandeses, aunque claro, sonreír más no significa ser más felices.

Y con esto y un bizcocho, hasta pronto a las...8?