Y otros en cambio, pareciera que en tus pies hay dos bolas de hierro, cada una de 140 kgs por lo menos, que te amarran al suelo y te impiden ver la luz, asomarse siquiera a cualquier ventana.
Hoy estoy como si me hubieran absuelto de una cadena perpetua, de una condena a ser siempre la misma, a vivir siempre en el mismo lugar y a tener las mismas aspiraciones, para las que hace 3 años estaba predispuesta y pre-programada.
Me he dado cuenta de que la libreta del año nuevo no sólo está a mi disposición para escribir lo que me venga en gana, sino más aún: me he dado cuenta de que tengo en mis manos una bonita pluma, con un cargador de tinta y que estoy dispuesta a comenzar la historia de mi vida (por enésima vez) con un
"Y empezó a vivir de nuevo, a respirar como si la pena jamás hubiera pasado por su puerta, y a mirar las cosas con el color de lo nuevo, a pesar de no ser tan nuevas."
Continuará en los mejores kioscos.-
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