jueves, 26 de septiembre de 2013
Despues de un tiempo (largo) sin hacer nada más que tomarme vacaciones (ir a Madrid, ir a los Alpes y volver), he estado casi un mes desempleada, buscando trabajo.
Si, de nuevo rodando como una pelusa. No sé que me pasa que no encuentro mi sitio. Se suponía que a los 30 ya tenía que tener todo el pack, el trabajo, la familia y los hijos...Pero la cosa va lenta, y con 31 aún sólo tengo el novio y una pasión innegable por la metodología Montessori.
De todos modos... Feliz de la vida de que hoy, gracias a un arranque de pasión filosófica en una entrevista de trabajo, me he ganado la oportunidad de Oro de trabajar en una escuela Montessori de verdad, como profesora asistente. Ahora me tengo que ganar a los niños, a mis compañeras, a mi otra jefa...Todo un mundo.
Tengo una semana laboral para hacerlo - y el resto del tiempo que durará mi contrato si paso la primera semana de trabajo.-
Yo, profesora assistente de Montessori. No sabía que 4 años en Dublín pudieran dar tanto de sí...De hecho he aprendido en 4 años lo que no aprendi en 26 en Madrid: A ganarme la vida como pueda, y a defenderme en otra lengua.
Si lo llego a planear, fijo que no me sale.
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