Últimamente percibo frustración en el ambiente, y todo por la no poco nombrada "crisis". Tanto aquí como allí (en Dublín.).
Nos parece no avanzar y cuanto más hacemos menos sirve para el trabajo que queremos alcanzar, porque lo que se pide no va acorde con nuestra formación o incluso nuestras ideas de cómo trabajar.
A nivel laboral se pueden observar dos fenómenos (especialmente en los que estudiamos educación):
- Falta de trabajo que merezca la pena y nos permita vivir.
- Falta de trabajo que nos llene o al que podamos aportar esas conocimientos que hemos aprendido. Falta de confianza en nuestra formación como recién (o casi recién) graduados. Sensación de no tener un hueco en el mercado y tener que limitarnos a repetir cada día los mismos errores y de no ser valorados como profesionales.
Ahora...no vayamos a desistir tan pronto, que no somos la única generación que pasó por problemas, y si ahora es la crisis, hace años otras generaciones tuvieron que venderse para empezar a trabajar en algún trabajo.
Propongo algunas recetillas básicas para la supervivencia (que si bien a mí me funcionan la mayoría del tiempo, no tienen porqué valer a todos)
- Tú no eres tu trabajo: En educación la idealización de nuestro puesto bastante común cuando se está estudiando. Pero al salir de la carrera hay que bajar a tierra, y quizá ver cada problema o cada situación como un aprendizaje y un desafío.
Aún cuando lo que veas no tiene nada que ver con tu visión de la educación, siempre habrá oportunidad para aplicar algo, si tienes paciencia y desconectas al salir de trabajar.
Tener que claudicar algunas ideas temporalmente no es la derrota. Es una retirada temporal, hasta que puedas adquirir otro trabajo que se ajuste más a tu forma de ver la educación.
- No trabajar en educación no es malo. Es otro aprendizaje más vital, que nos puede enriquecer. Hay quien estudió relaciones públicas y acabó trabajando en un banco. ¿y?
Da miedo cambiar de expectativas y aceptar que con la crisis no se encuentra lo que se quiere...pero qué tal si aceptamos temporalmente que hay otros trabajos que se pueden hacer, para seguir adelante?
- Vivir las relaciones con la gente, mirar otras actividades, aprender y tener experiencias vitales. Ahora la obsesión es aprender inglés, pero no como lenguaje de cambio, sino como salida desesperada a la crisis. ¿Y si piensas en ello como una forma de conocer gente de toda Europa? Es alucinante lo que se aprende de otras culturas, y el inglés es un buen vehículo para ello. ¿y qué tal aprender otros idiomas?
- No renunciar a nuestros derechos: a pesar de que el trabajo escasea, seguimos teniendo derechos. Y hay que seguir sindicándose, preguntándo qué es legal y qué no. Que no nos pille desprevenidos la crisis, que no se aprovechen de la falta de trabajo, que seguimos teniendo principios a pesar de todo.
Me duele mucho ver cómo las cosas se deterioran así, y perdemos la fé en nuestras propias habilidades (no me considero una excepción a esta sensación general de desencanto), pero no pienso dejar de luchar por una educación mejor. Por pocas oportunidades que tenga de hacerlo bien.
lunes, 26 de diciembre de 2011
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