Estoy admirada de que personas de renombre y con un puesto en cierta Universidad pública con mayúsculas y gran prestigio, de cuyo nombre prefiero no acordarme ahora mismo,tengan tanta inteligencia como para soltar perlas como las que voy a exponer a continuación.
Sitúese el lector/a en un contexto académico, en plena elección del practicum que por circunstancias atribuibles a la mala organización, más que a impedimentos reales, se tiene que realizar por sorteo, existiendo pocas plazas para que la gente opte a lo que realmente le gustaría.
Cierto es que, organizar toda la oferta para que los alumnos/as puedan participar en lo que quieran es complicado, pero más cierto es que si se tienen las listas hechas a principio de curso, la gente razona lo que quiere y si no está, lo puede pedir con tiempo. La cosa es que... eso es demasiado complicado por lo visto y esto aumenta la tensión del día en el que decides ir, inocentemente a elegir tus prácticas.
Te metes en un aula llena de gente que ya se quedó en 3º sin lo que quería y va con los nervios a flor de piel, y la persona encargada de cuyo nombre tampoco quiero acordarme jamás, dice:
"Bueno.... he pensado que una forma dinámica de hacer esto es lanzar una pelota al aire y a partir de quien la coja, se van repartiendo los centros."
Tengo que reconocer que estoy impresionada. Nunca había visto a nadie exhibir tanta estupidez así, sin vergüenza ninguna. Desde luego, se ha ganado un hueco en el ramking de personas más absurdas del mundo mundial.
Por si fuera poco, mejorando todavía más la situación, va y dice:
"Creo que podemos hacer esto de dos maneras: una, que primero se atribuyan las plazas a aquellos que tienen la especialidad propia del prácticum y después aquellos que no cogieron especialidad...- fomentando la igualdad y el compañerismo- y la otra es hacer el sorteo todos juntos. ¿Qué preferís'"
Estuve a esto de levantar la mano y decir: ¿Y porqué no nos da una escopeta recortada y a quién le de la bala elige centro? Así solucionamos dos cosas: una el problema de que haya demasiadas personas y dos, terminamos antes con las prácticas- un medio eficiente para solucionar nuestros problemas...-
Espere, tengo una mejor idea... ¿por qué no lo hacemos por el color de los ojos? El que los tenga claros elige el último. Es lo más justo. ¿por qué? Yo que sé, porque es una forma dinámica y original de hacerlo.
Insuperable. No tengo palabras...
viernes, 24 de octubre de 2008
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2 comentarios:
En en el sorteo de tercero "fallaron" los voluntarios y las coordinadoras decidieron que los 5 primeros en salir tendrían que quedarse a ayudar.
Argumentaron que "ya que tenían la suerte de elegir los primeros, se quedaran a ayudar en compensación".
La reacción fue de aprobación ya que la gente relaciona instintivamente la probabilidad (pequeña) de ser elegida y otorga a ese hecho la categoría de "privilegio", por tanto, "perjudicar" a unos pocos "privilegiados" no puede ser malo ¿no?
A nadie se le ocurrió que por muy privilegiados que sean, la probabilidad es la misma para todos, así que... por qué no sortear también los 5 puestos de voluntariado??
La naturaleza humana jamás dejará de sorprenderme...
P.D. Evidentemente, el azar hizo que yo pudiera elegir el primero de todos... casualidades de la vida claro.
un saludo.
pfffff... es algo así como "como a mí no me ha tocado primero, me siento feliz de que sufran a los que les ha tocado antes" En cierto modo es una compensación superficial por la mala suerte.
Lo de las nociones de justicia en la gente es increible.
Otra de las cosas que sucedieron, fue que, tras rechazar la maravillosa propuesta de la pelota, la coordinadora decidió hacerlo por orden alfabétizo (igual que en las matrículas de la facultad).
A lo que alguien respondió: "esto es injusto" (¿desde cuando el azar es justo o injusto? Yo diría que es aleatorio) argumentando que si había mucha gente con la G de garcía los últimos serían los de las letras del final del abecedario.
Total, que se decidió un sorteo, a jucio común más justo (no me preguntes porqué que sigo sin entenderlo) que consistió en echar todas las fichas en un bolso y coger una a una las fichas.
Eso también, visto así puede ser injusto porque si no se remueve bien, les toca a los últimos en echarlas primero. No me puedo quejar porque fui de las últimas en echar ficha y me tocó la 5ª.
Idea preconcebida: El azar más azaroso es más justo que cualquier reparto ordenado de las cosas.
(Yo tampoco dejaré de sorprenderme por la naturaleza humana jamás.)
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