Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

lunes, 27 de abril de 2009

De típicos tópicos



Permitidme un minuto de frivolidad: De un tiempo a esta parte estoy viendo Sexo En nueva York, una serie sobre tres mujeres y una ciudad, Nueva York, en la que se repiten toda clase de tópicos- pero al mismo tiempo divertidísima.-
Podria definirse como una serie estúpida y superficial, en la que se hacen chistes de todo tipo de problemas (sexuales y sentimentales) pero en realidad,no quiero criticarla demasiado, quiero dedicarles una ovación a las cuatro protagonistas, por acabar con los tópicos siguientes en una serie: (sustituyéndolos por otros tópicos nuevos)

El tópico de que las mujeres de 35 años no tienen por qué divertirse si no tienen pareja.

El tópico de que, hay que estar esperando a que te llamen (jamones de jabugo)

El tópico de que, nosotras somos las "princesas" del cuento. Y ellos los SanJorges rescatadores (menuda mierda de película que nos han metido en el coco)

La falsa idea de que las mujeres no pensamos en el sexo. (nunca jamás...¡vamos ya!)

De modo que, por estúpida que sea una serie, y superficial puede encerrar muchas cosas interesantes. Recomiendo verla con tamiz y un poco de ojo irónico, que no crítico.

(Es lo que tiene internet, sin darte cuenta acabas viendo series que hace años se dejaron de emitir o que ya conoce todo el mundo...es como descubrir América.)

lunes, 13 de abril de 2009

Mente de águila, mente de cordero.

Me quito el sombrero metafóricamente hablando ante Niestzche, pese a que sus improperios contra el cristianismo sean salvajes y a veces un tanto crueles.

Si realmente lo hago es por su famosa metáfora (entre imágenes anda el juego como se puede ver) del águila y el cordero.
Él define dos tipos de moralidades: la de los fuertes (las águilas) que históricamente han gobernado y dominado a otros humanos, la "nobleza" y la de los débiles (los corderos que se dejan comer por las águilas, y en vez de emprenderla a patada limpia con estos bichos alados, les tienen incluso "simpatía" o "compasión" desde lo que él define como la moral de los resentidos.)
Y esto es porque se trata sin duda de que las águilas pueden volar, y los corderos se conforman con lo que tienen, desde una suerte de "humildad", aceptando su desdicha de una forma natural. Y así, añade el autor que las águilas encuentran simpáticas a estas criaturas que no se defienden, porque están riquísimas en pepitoria. (lo último lo añado yo).

Bien mirado y desde una postura crítica hacia la visión del cristianismo como una especie de "pompa de la felicidad" desde la cual no se puede hacer mucho con lo que Dios nos ha dado, Niestzche podría tener razón en afirmar que un Dios que defienda la inmovilidad de las personas no merece la pena vivir entre nosotros. Por mí que se encuentre bien enterrado a ser posible. No debemos estancarnos y convertirnos en corderos impasibles ante la injusticia (propia o con otras personas) porque esa forma de actuar nos hace inhumanos.

Y es que desde un concepto de que "todo está escrito" y "nada queda por hacer", caer en esta inmovilidad es bien sencillo. Pero por fortuna estos conceptos son dignos de una parte de la Biblia - y de una ínfima parte de los creyentes-.

Si fuera tal y como predica Nietzsche en su libro, ¿Para qué resucitaría Dios a Jesús? ¿Por qué se molestaría en sanar Jesus, momentos antes a los ciegos, a los leprosos o en ayudar a las mujeres necesitadas?
Precisamente lo que este autor no llega a decir es que, desde el punto de vista del águila que se cree más fuerte que nadie, no queda opción para el crecimiento. Es el águila el que está enferma de sangre y de dolor, porque se ha quedado estancada y depende de sus víctimas para poder sobrevivir.

Más aún, ahondando en el concepto de humildad, en ningún momento se predica que la humildad consista en no querer evolucionar o ser mejor persona. Se puede encontrar otro sentido a la crucifixión y a la moral "de los corderos": La fragilidad es el punto de partida de transformación de las personas. Desde el punto en que Jesús teme que su Padre se haya olvidado de él hasta el punto en el que se produce una transformación en confianza en su palabra. El renacimiento no se podría haber producido sin una muerte anterior. Es lo que hace posible el cambio. Lo importante es cómo la vida renace tras pequeñas muertes.
Es bien fácil quedarse con la interpretación primera, en la que se dice que hay que "poner la otra mejilla", como una especie de masoquismo existencial, que te dice que tienes que dejarte pegar, o comer por otras personas-águilas.
Pues bien, yo digo que poner la otra mejilla es estar dispuestas y dispuestos a correr riesgos y a que la realidad nos abofetee de vez en cuando en vez de vivir vidas cómodas sin problema alguno, cosa por otro lado imposible de llevar a cabo.

Lo que hace posible la transformación es saber dejarse tocar por el dolor, además de por la alegría. Y esto tiene su propia lógica en un vivir, en el que hay momentos para todo. Sin aceptar el dolor en la vida tampoco se puede vivir con fuerza. Ese es el poder de los corderos frente a las águilas en la metáfora de Niestzche. La capacidad para reponerse y transformarse o dejarse transformar por los acontecimientos.
En realidad no creo que Niestzche viviera una religión que predicara la transformación, de modo que, en el fondo puedo estar de acuerdo con él, desde ese punto de vista sobre la religión.

Y colorín colorado esta entrada se ha terminado.