Urbanismo Protesta

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lunes, 26 de diciembre de 2011

De la frustración a la creatividad.

Últimamente percibo frustración en el ambiente, y todo por la no poco nombrada "crisis". Tanto aquí como allí (en Dublín.).

Nos parece no avanzar y cuanto más hacemos menos sirve para el trabajo que queremos alcanzar, porque lo que se pide no va acorde con nuestra formación o incluso nuestras ideas de cómo trabajar.

A nivel laboral se pueden observar dos fenómenos (especialmente en los que estudiamos educación):

- Falta de trabajo que merezca la pena y nos permita vivir.
- Falta de trabajo que nos llene o al que podamos aportar esas conocimientos que hemos aprendido. Falta de confianza en nuestra formación como recién (o casi recién) graduados. Sensación de no tener un hueco en el mercado y tener que limitarnos a repetir cada día los mismos errores y de no ser valorados como profesionales.

Ahora...no vayamos a desistir tan pronto, que no somos la única generación que pasó por problemas, y si ahora es la crisis, hace años otras generaciones tuvieron que venderse para empezar a trabajar en algún trabajo.

Propongo algunas recetillas básicas para la supervivencia (que si bien a mí me funcionan la mayoría del tiempo, no tienen porqué valer a todos)

- Tú no eres tu trabajo: En educación la idealización de nuestro puesto bastante común cuando se está estudiando. Pero al salir de la carrera hay que bajar a tierra, y quizá ver cada problema o cada situación como un aprendizaje y un desafío.
Aún cuando lo que veas no tiene nada que ver con tu visión de la educación, siempre habrá oportunidad para aplicar algo, si tienes paciencia y desconectas al salir de trabajar.

Tener que claudicar algunas ideas temporalmente no es la derrota. Es una retirada temporal, hasta que puedas adquirir otro trabajo que se ajuste más a tu forma de ver la educación.

- No trabajar en educación no es malo. Es otro aprendizaje más vital, que nos puede enriquecer. Hay quien estudió relaciones públicas y acabó trabajando en un banco. ¿y?
Da miedo cambiar de expectativas y aceptar que con la crisis no se encuentra lo que se quiere...pero qué tal si aceptamos temporalmente que hay otros trabajos que se pueden hacer, para seguir adelante?

- Vivir las relaciones con la gente, mirar otras actividades, aprender y tener experiencias vitales. Ahora la obsesión es aprender inglés, pero no como lenguaje de cambio, sino como salida desesperada a la crisis. ¿Y si piensas en ello como una forma de conocer gente de toda Europa? Es alucinante lo que se aprende de otras culturas, y el inglés es un buen vehículo para ello. ¿y qué tal aprender otros idiomas?

- No renunciar a nuestros derechos: a pesar de que el trabajo escasea, seguimos teniendo derechos. Y hay que seguir sindicándose, preguntándo qué es legal y qué no. Que no nos pille desprevenidos la crisis, que no se aprovechen de la falta de trabajo, que seguimos teniendo principios a pesar de todo.


Me duele mucho ver cómo las cosas se deterioran así, y perdemos la fé en nuestras propias habilidades (no me considero una excepción a esta sensación general de desencanto), pero no pienso dejar de luchar por una educación mejor. Por pocas oportunidades que tenga de hacerlo bien.

martes, 20 de diciembre de 2011

Cosas de la adaptación

Lo que siempre me juré fue ser fiel a mis principios. Cuántas veces recordaré esa frase cuando tengo que recortar en ideales para ganarme mis lentejas, especialmente cuando busco trabajo de babysitter, donde mis ideas no importan literalmente un comino a nadie.

Lo que importa es mi capacidad para entretener y alimentar a los niños. Si alguien que lea esto se plantea semejante trabajo, que piense en las consecuencias personales antes de quemarse. Lo mejor es ser realista, antes que vivir en los mundos de yupi, vaya.

¿Porqué digo esto?
Porque ayer, en una entrevista para ser babysitter, que ya sé que me han dado el trabajo (congratulations, Sara, te estás vendiendo al diablo por enésima vez!), me dijeron que uno de los niños juega con muñecas y a juegos de niñas, pero que a ser posible no le deje jugar conmigo a ese tipos de juegos. No por el niño, no.

"Is because is a problem for my family and I"

Leed y pensad en ello. Como yo ya lo he hecho sin llegar a ninguna conclusión buena. Que tendré que seleccionar girly games y separarlos de boyish games, porque Es un problema para la familia, no para el niño.

Santa paciencia que hay que tener con un país tan estereotipado.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Lo que no te contaron en la carrera. Memorias de una profe novata

Seamos realistas. Entre asignatura y asignatura no caben tantas cosas de la vida práctica que se podría escribir un libro con la cantidad de sorpresas que te llevas trabajando.
Una de ellas es lo fácil que es tener conflictos laborales con tus superiores-hijos de superiores, y lo sutilmente que se han de resolver.
Nada salvo la observación y la sabiduría pueden llevarte a buen puerto en estos casos.

Esto viene a cuento de que me han cambiado de clase (al aula Montessori, me siento importante y todo, teniendo en cuenta lo difícil que es trabajar en montessori sin titulación especializada en Dublín) y en esta clase la supervisión constante de la jefa y de su hija es mucho más grande que en la otra clase.

¿Dónde está el conflicto?
La hija de la jefa no tiene titulación como maestra, pero cambia las actividades sin consultarnos, repentinamente, e incluso me ha llegado a dar órdenes de cómo organizarnos, bajo el supuesto de que no sabemos cómo funciona el aula montessori. Especialmente a mí y a otra compañera que no tiene la titulación específica.

Una cosa es la parte montessori (actividades concretas que escoge cada niño voluntariamente, que requieren del apoyo de la profesora algunas veces) y otra la dinámica del aula, que corre a cargo nuestra sí o sí.
Hay otra profesora que tiene el máster en montessori, pero no estaba esta semana para defender el territorio.

Si a esto le sumamos que esta semana la jefa ha estado mala, todo apunta en una dirección: La hija de la jefa retoma la responsabilidad del jardín de infancia y se comporta como si fuera la jefa misma. (Cosa normal y aceptable, teniendo en cuenta que es un negocio familiar).

¿Qué hicimos?
Primero piña en nuestras decisiones, y nos respaldamos. Segundo le pedimos a la hija de la jefa que nos explicara porqué hace las cosas del modo que lo hace, que nos dé explicaciones previas- pedirle que no cambie las actividades está fuera de nuestro alcance, porque ha adoptado el rol de jefa, y censurar sus decisiones activaría la alarma y se podría poner a la defensiva.

De modo que, primero fuimos y le preguntamos porqué había hecho ciertos cambios, como explicación pedagógica (yo misma me respaldé en que había sido cambiada de aula y necesitaba entender cómo funcionaban las cosas en Aula montessori.)
Y después, al hacer bloque común, ibamos juntas a explicarle la actividad del día para que en caso de que quisiera cambiar algo, ya lo supiéramos de antemano.

Conflicto resuelto. Nadie ha quedado herido y mantenemos el liderazgo en el aula con negociación previa. Ella se siente incluida en la programación, y tenida en cuenta y nosotras no sentimos que programar es una pérdida de tiempo porque alguien cambia las cosas.

Ahora, lo que puedo extraer de esta experiencia es que cualquier persona en el entorno laboral ha de ser respetada a dos niveles:
- Personal:inclusión en la dinámica de aula, trato amable...
- De rol:Aceptación del rol que desempeña, sea superior o inferior en la escala laboral. Porque hay niveles, nos guste o no.

Y colorín colorado esta experiencia se ha acabado. Y colorín colorete por la chimenea sale un cohete.