Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

lunes, 22 de diciembre de 2008

Dios y la Pedagogía

NO quisiera empezar esta entrada con una referencia inevitable a la Navidad, ese período tan mal interpretado por la gente como un zampa, regala y meriéndate el mundo y ponte hasta las cejas de alcohol.

No, no pienso hablar de eso, porque no viene al caso. Tal vez la referencia de Dios en el título quede un poco navideña, pero no es el tema.
Sólo quería dedicar unas palabras a una reunión, que nos llevó a vernos inmersos en una discursión acerca del desplazamiento del cristianismo de la enseñanza pedagógica y sus consecuencias, en un grupo de profesores de cuyo nombre no voy a acordarme, por respeto al anonimato de la gente.
Todo ello fue en apenas 30 minutos, pero la gente que filosofa es lo que tiene, suelen ser capaces de soltar 30 ideas por minuto, así que valga este resumen rápido, inexacto y torpe:

Algunos decían: Si Dios se fue de la escuela fue sustituido por otras grandes ideas. Los grandes valores se han quedado sin fundamento, y algo tiene que haber sustituido a ese Dios (valga como ejemplo que antes el amor al prójimo se justificaba por la presencia de Dios en los demás y por mandato divino y ahora el amor al prójimo no se justifica, se sobreentiende).
En otra versión un poco menos religiosa, se hablaba de que la idea misma de "sentido" en la pedagogía era un ideal y de que el ser humano es irracional por naturaleza; tal vez por eso necesitaba esos grandes ideales, que estaban fuera de él, para ordenar ese caos interno.
(la idea de que dios se inventó para poder suplir el miedo a la muerte tuvo que surgir inevitablemente, cómo no). El defensor de esta postura define el debate como "hegeliano".- Nota para los frikis de la filosofía.-

A todo esto, la raíz de este debate es un texto de Durkhein, por cierto, que defendía a capa y espada la laicidad en la escuela bajo el precepto de que lo racional tiene que ser la base del laicismo, pero es una labor complicadísima, la religión ha de sustituirse por algo sólido, bien fundamentado, tal vez científico.-
La contrarespuesta a estas idea era que, el otro camino, ausente de grandes ideales era más complicado, requería restaurar al ser humano en su dignidad, no era necesario el uso de grandes ideales, pero era mucho más costoso. Defender que la falta de religión denota pérdida de sentido, es defender a aquellos que quieren que se reimplante en la escuela y que aún siga dominando en la esfera social, bajo el argumento de que, la pérdida de la religión ha hecho que los jóvenes (poner nota de dramatismo al leer esto) hemos caido en el relativismo moral.

Más de acuerdo con esta última idea me encuentro actualmente (aunque no os creáis que he oscilado bastante, a las otras dos no les falta fundamento.) No por tener una religión se ha de tener más sentido en la vida o en la ética. Tiene que haber otros sentidos de la dignidad humana.
Y los hay. Creamos en Dios o no.
Aunque, para mí es bien fácil pensar así, dado que pienso que existe cierto orden en el ser humano y que algo habrá para que tantas personas se hayan planteado una deidad, que no desaparece con los tiempos actuales, ni aunque se empeñen los más radicales. Es dificil posicionarse cuando tu opinión no cae en ninguno de los dos lados.

Y eso es todo. Por cuestiones de memoria (no recuerdo todas las razones por las que se discutía) esto se queda un poco cojo, pero espero que sirva para la reflexión.
¡Salud y feliz año a todos!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Obliteración (una de psicología de la instrucción)

Para palabro extraño el siguiente asimilación obliteradora. El individuo que soltó este palabro fue un tal David Ausubel, hace ya bastante tiempo, en referencia a que cuando estamos aprendiendo se nos van olvidando las cosas.

Se modifica la estructura de lo que conocemos, y después, se van borrando detalles. Es lo que yo llamaría "winzip" mental-en referencia al programa que se encarga de comprimir los archivos del ordenador- con la diferencia de que sacar el total de lo aprendido con el paso del tiempo resulta más difícil.
Ahora bien, cuando leí esto en un texto sobre Ausubel, me quedé entre catatónica y fastidiada con la cruel realidad pedagógica que refleja: Años enteros leyendo y aprendiendo conceptos con pelos y señales, para que venga este tipo y diga que el conocimiento modifica la estructura pero luego se pierden detalles.
¿Para qué empollar tanto si luego las cosas se olvidan?

Nos sitúa como maestros/pedagogos/gente que está estudiando cursos (etc) en una lucha contra el olvido. Me dice algo así como que, leer por leer supone estar predisponiendo tu cerebro a que olvide las cosas. Y esto es así porque cuanto menos significativo sea lo que lees, menos sentido y menos posibilidad de que se integre en tu estructura mental. Y lo que no se integra, se oblitera, queda condenado al limbo intelectual.
¿Para qué aprender pues? respondo a mi propia pregunta: Ausubel también tendría la respuesta; lo que aprendes significativamente se queda. Lo demás se cae por el camino. De ahí que el proceso tenga que ser lo más concienzudo posible. Lo que está diciendo es que no es fácil aprender. No es leer, simplemente, así como tampoco se trata de fingir que sabes algo, de responder apropiadamente y con corrección a las preguntas de un exámen memorístico.

Actualmente mucha gente piensa que en ciertos espacios académicos no se aprende nada. No es verdad, más bien se aprende lo que se quiere aprender. Sobretodo a ciertas edades, donde ya no debería ser tan importante la figura del profesor/a (pongamos el nivel universitario por un casual). Creo firmemente que el exámen se puede transformar en una escusa para leer lo que quieras sobre el tema. Aunque, es verdad que hay profesores que organizan sus clases de modo que es imposible tener tiempo para leer otras cosas dentro de la temática que no sean lo que ellos plantean.
-Se abre una guerra incierta entre lo que es aprender por iniciativa propia y lo que es aprovechar la experiencia de aquellos que nos están enseñando- Lucha por otro lado absurda y que denota cierta infantilización de los procesos de enseñanza en la universidad; creo que debería de haber espacio para los dos aspectos: la experiencia del profesorado y la iniciativa del alumnado.
(Yo lucho porque me dejen aprender, algunas veces me da esa sensación.)
Pero cada vez sucede menos porque estoy aprendiendo a hacer significativo todo eso que veo en mis clases. Y es que a pesar de que el proceso sea difícil, el exámen estúpido o los apuntes absurdos, siempre hay algo aprovechable.
Y en cualquier caso, si no lo es, se oblitera y listo. No es grave, en el fondo mucha gente lo hace por costumbre, y no denota demasiada gravedad.

Para terminar, dedicar una plegaria a San Apapuncio, para que cuando sea maestra mis alumnos no obliteren lo que les enseño ( estoy cruzando los dedos).-