Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Obliteración (una de psicología de la instrucción)

Para palabro extraño el siguiente asimilación obliteradora. El individuo que soltó este palabro fue un tal David Ausubel, hace ya bastante tiempo, en referencia a que cuando estamos aprendiendo se nos van olvidando las cosas.

Se modifica la estructura de lo que conocemos, y después, se van borrando detalles. Es lo que yo llamaría "winzip" mental-en referencia al programa que se encarga de comprimir los archivos del ordenador- con la diferencia de que sacar el total de lo aprendido con el paso del tiempo resulta más difícil.
Ahora bien, cuando leí esto en un texto sobre Ausubel, me quedé entre catatónica y fastidiada con la cruel realidad pedagógica que refleja: Años enteros leyendo y aprendiendo conceptos con pelos y señales, para que venga este tipo y diga que el conocimiento modifica la estructura pero luego se pierden detalles.
¿Para qué empollar tanto si luego las cosas se olvidan?

Nos sitúa como maestros/pedagogos/gente que está estudiando cursos (etc) en una lucha contra el olvido. Me dice algo así como que, leer por leer supone estar predisponiendo tu cerebro a que olvide las cosas. Y esto es así porque cuanto menos significativo sea lo que lees, menos sentido y menos posibilidad de que se integre en tu estructura mental. Y lo que no se integra, se oblitera, queda condenado al limbo intelectual.
¿Para qué aprender pues? respondo a mi propia pregunta: Ausubel también tendría la respuesta; lo que aprendes significativamente se queda. Lo demás se cae por el camino. De ahí que el proceso tenga que ser lo más concienzudo posible. Lo que está diciendo es que no es fácil aprender. No es leer, simplemente, así como tampoco se trata de fingir que sabes algo, de responder apropiadamente y con corrección a las preguntas de un exámen memorístico.

Actualmente mucha gente piensa que en ciertos espacios académicos no se aprende nada. No es verdad, más bien se aprende lo que se quiere aprender. Sobretodo a ciertas edades, donde ya no debería ser tan importante la figura del profesor/a (pongamos el nivel universitario por un casual). Creo firmemente que el exámen se puede transformar en una escusa para leer lo que quieras sobre el tema. Aunque, es verdad que hay profesores que organizan sus clases de modo que es imposible tener tiempo para leer otras cosas dentro de la temática que no sean lo que ellos plantean.
-Se abre una guerra incierta entre lo que es aprender por iniciativa propia y lo que es aprovechar la experiencia de aquellos que nos están enseñando- Lucha por otro lado absurda y que denota cierta infantilización de los procesos de enseñanza en la universidad; creo que debería de haber espacio para los dos aspectos: la experiencia del profesorado y la iniciativa del alumnado.
(Yo lucho porque me dejen aprender, algunas veces me da esa sensación.)
Pero cada vez sucede menos porque estoy aprendiendo a hacer significativo todo eso que veo en mis clases. Y es que a pesar de que el proceso sea difícil, el exámen estúpido o los apuntes absurdos, siempre hay algo aprovechable.
Y en cualquier caso, si no lo es, se oblitera y listo. No es grave, en el fondo mucha gente lo hace por costumbre, y no denota demasiada gravedad.

Para terminar, dedicar una plegaria a San Apapuncio, para que cuando sea maestra mis alumnos no obliteren lo que les enseño ( estoy cruzando los dedos).-

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Sara;

Tus alumnos, por desgracia, aprenderán como todos: A EXAMINARSE Y APROBAR... o SUSPENDER.

Como creo que te dije estoy estudiando en la Facultad de Psicopedagogía ¡¡¡ a mis 64 años !!!

No hay esperanza, de que nada profundo cambie: todos, o la mayoría de mis compañeros y compañeras podrían aprender significativamente... pero:

TODO ESTA ORGANIZADO POR PARTE DE LOS CATEDRATICOS Y PROFESORES PARA QUE EL UNICO APRENDIZJE QUE HAGAMOS SEA MEMORISTICO Y VICARIO.

¿cómo vamos nosotros a educar a los crios desde el respeto a sus ritmos si el nuestro es violentado de manera sistemática?

Sarilla Malibú dijo...

Hola Victoriano:

Te tengo que felicitar por tus ansias por aprender. Ya quisiera yo seguir así a tu edad, con la curiosidad aún despierta.

No soy tan pesimista. Mis alumnos, al menos conmigo aprenderán de otra forma, sin olvidar los exámenes, pero con amor al conocimiento. Porque si yo lo llevo conmigo también lo podré transmitir.

Precisamente lo que escribo encierra una pequeña esperanza: la de que a pesar de que tengamos maestros malos, podemos aprender si queremos.

¡Saludos y paciencia con los profesores de la facultad!


(seguro que tienen algo que ofrecerte, a pesar de tu experiencia)

Anónimo dijo...

Es una verdadera lástima que nuestro cerebro no sea perfecto. Imagino que la obliteración no es más que una "selección natural cerebral" dirigida por el subconsciente de cada uno; solo aprendemos lo que nos interesa, lo que vemos útil o nos llama la atención.

El conflicto aparece cuando no todos consideramos interesante lo mismo, o directamente cuando no queremos aprender algo. Si contínuamente le mandamos al cerebro señales tales como "no quiero estudiar ésto" o "quiero acabar ya el tema para salir a tomar algo" (bastante comunes ambas en el entorno universitario) lo que conseguimos es que el cerebro haga exáctamente lo que le pedimos, despachar rápido y a otra cosa.

Entonces se plantea el verdadero problema (educativamente hablando): habitualmente, los estudiantes no están interesados en aprender, no se interesan y en muchos casos no saben por qué; por qué tienen que aprender matemáticas o lo qué sucedió el 2 de mayo de 1808. No se sienten afortunados de poder estudiar y no creen que les vaya a ser de provecho. En el mejor de los casos nos encontraremos con gente entusiasta o con alguno que otro obsesionado con las buenas notas, pero ¿es esa la motivación que el cerebro necesita para aprender?

Al final, la obliteración refuerza a los entusiastas y a los maestros del esfuerzo, a quienes consiguen dominar su cerebro y ponerlo de su parte. Por el contrario, aquellos que no tienen claro lo que hacen o que simplemente quieren quitárse el estudio de encima lo más rápido posible.

Un saludo

Anónimo dijo...

Muy buenas.
Es una pena, ojala tuviéramos una memoria inacabable para almacenar todo lo que vamos aprendiendo durante la vida. "Lamentablemente" no es así. Solo nos quedaremos con lo más significativo. Muchas veces con lo que tenga que ver con nuestras vivencias, otras tantas con las que surjan a partir de nuestros intereses (y no será tan limitado como las referencias que te pueda dar un profesor, aunque sea de universidad).
Pero, ¿sabes qué? Tampoco me gustaría acordarme de todo, acabaría chiflada, con tantas cosas en la cabeza que sería incapaz de aprender cosas nuevas. Lo mejor es aprender sin plantearte que es una obligación (por aprobar un examen), ni tampoco pensando que se te va a olvidar (acabaríamos deprimidos y perderíamos el aprecio que le damos a las cosas cuando profundizamos en su estudio).
Lo bueno que tenemos es que no somos perfectos. No me gustaría ser como el de Matrix que se aprende una lección gracias a una máquina, en tan solo unos minutos. Perdería valor.

Es cierto, algunas veces se aprende más fuera de las clases. Hoy salí de la universidad con la cabeza como un bombo. En clase sentía constantemente que tenía que coger con pinzas las cosas importantes, las que me podían aportar “algo” en un futuro. Realmente, es agotador. Porque muchas veces son muy pocas y en mucho tiempo.

En respuesta a Victoriano, no creo que los docentes nos fuercen tanto a un aprendizaje memorístico. Te lo digo, porque no tengo mucha memoria y he aprobado muchas asignaturas sin recurrir a tal aprendizaje. Además es ineficaz y se olvida rápidamente.

Y también decirte que es admirable tu actitud. Mi madre con 47 años esta estudiando el "graduado en ESO"... cada día me sorprende más.

Y Sara, tranquila, seguro que conseguirás sacar lo mejor de tus alumnos. Si se trabaja bien, una buena enseñanza te puede durar toda la vida. He tenido profesores que me han marcado para siempre ^.^ Espero que en un futuro hagamos lo mismo y mostremos a la gente lo bueno que es aprender y sacarle jugo a la vida.

Un saludo

Anónimo dijo...

Preguntadle a los hipermnésicos si son afortunados o no recordándolo todo. Quizás haya sorpresas.

Todo qué sin su por qué y su para qué no tiene sentido. Esa es mi más sincera opinión. Y no hablo de abrasar al pobre educando a todas horas con "comeduras de tarro"; hablo de prudencia, rigurosidad y sentido crítico en su justa medida... De ahí surgiría el "arte" pedagógico pienso yo. Qué bonito él...


Y ahora os invito a que le preguntéis, aunque sea sólo una vez por clase, a cualquier docente universitario de la facultad que os aclare el porqué o para qué de cualquiera de sus dogmas didácticos. Quizás aquí también haya sorpresas...

un saludo.

Por cierto Sara, el último mensaje me lo "censuraste" no?

Anónimo dijo...

¡Ánimo chicas!

La esperanza, las ganas y la creencia en que el único modo de hacer las cosas es hacerlas bien junto con la fuerza de voluntad y la vocación, os harán las profesoras que seréis el día de mañana.

Ése es el espíritu ^.^

Un saludo

Sarilla Malibú dijo...

Hola:

Sólo decir que me encanta este debate, que sigáis así.
En la facultad cuando un profesor o profesora me dice porqué hace las cosas siempre me ha parecido un regalo. Debería hacerse mucho más a menudo, la verdad sea dicha.
De hecho, en los primeros años mi pregunta favorita era ¿Por qué? y ¿para qué? (así un profesor de sociología que tuve, me dijo años más tarde q si era la alumna rebelde... ¿? ¿Rebelde por buscar fundamento a la sociología en un programa de estudios de Educación Infantil? No lo creo. Yo diría que ciertas cosas en el primer año de una carrera merecen una explicación al menos para encontrar el sentido y poder tener ganas de estudiarlas.

Cesar, yo no censuro jamás. Le puse el control de mensajes por el sencillo motivo de que se me metía gente con publicidad y luego no podía quitarlo. Si tienes el mensaje que dices copiado, envíamelo de nuevo y se podrá leer.
Me llegan a mi cuenta de correo, simplemente, y yo le doy a publicar y listo.

mgdelacroix: Gracias por los ánimos. Esperamos ser buenas maestras o profes.
A todo esto, es verdad que si no olvidáramos, el cerebro nos reventaría por los cuatro costados o simplemente no nos centraríamos. La selección obliteradora, por lo tanto es imprescindible, aunque a veces se de donde menos nos conviene de cara a unas oposiciones, exámenes etc.

Saludos y feliz semana a todos

Paula Edith dijo...

En una pagina de psicología leí hace años que el cerebro nunca olvida nada. Si lo que leímos llegó a ser parte de nuestra memoria teórica (y no se quedó en la temporal, que usamos para 'memorizar') va a seguir ahí por toda la vida. Lo que se pierden son las conecciones, que son completamente recuperables por asociaciación, leyendo algo parecido o viendo algo que acidentalmente nos hace pensar en eso.

Estoy de acuerdo en que a la mayoría nos fastidia leer los textos universitarios por que creemos que no sirven para nada (jejej) pero mal que mal, los exámenes obligan a aprenderlo. Y si vemos a tiempo, en nuestra experiencia, que no era tan inútil como creíamos (o alguien explica de que servía la ploma materia en cuestión) la información no se 'pierde'.

El verdadero problema existe para los que memorizan todo sin interesarse en nada ("sistema zafe y a otra cosa" o_o)