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viernes, 5 de junio de 2015

Profesora Montessori y Sustituta!!!

El tiempo no pasa en vano. Cuando empecé este blog, era una estudiante. Ahora soy una trabajadora como otra cualquiera. Los años me han llevado a Irlanda, a Dublín. También me han llevado a estudiar un curso de Montessori (Pedagogía que me da cada día nuevas sorpresas en mi experiencia cotidiana). Y finalmente, conseguí un trabajo de profesora montessori. Al principio pensé que sería fácil, que alguien se molestaría en contarme los secretos del aula (si hubiera tiempo para estas cosas!), de los niños, y de todo lo que tengo que hacer y decir para satisfacer a mis clientes (Los padres, nos guste o no son clientes, así como los niños). Pues no, no tuve esa suerte. Me he metido en un trabajo de profesora sustituta para una baja maternal durante un año. Más largo de lo usual, eso está bien, tan bien, que no me puedo quejar en absoluto. Estaría genial, si no llega a ser por la condicion de "Sustituta". No sé si soy yo, o la gente, pero me está costando aparecer como una igual ante mis compañeras, una eternidad. Me tratan igual, sí, pero no soy una igual...Me explico: Me siento como si nadie pudiera sustituir el lugar que la profesora que se ha ido ha dejado. Para ellas, Elaine es una compañera de aventuras, una igual, una amiga incluso (llevan años trabajando juntas). Para ellas, yo soy una principiante, una sustituta, alguien que viene y va, y cuando el tiempo pase, tendrán de nuevo a su amiga en el aula, y todo volverá a la "Normalidad"... No es que me traten mal, es que...esto último es verdad. ¿Qué hacer? La depresión no es una opción...jamás lo ha sido. Tengo una idea genial, aprendida de las charlas de TEDx: Hacerlo lo Mejor Posible. Mi autoestima no es invulnerable, tengo que confesar. Pero...trabajos como estos hacen que la autoestima se haga fuerte, al ponerla a prueba. Cada vez que me enfrento a esa puerta de aula donde hay dos nombres escritos, me da grima sólo pensar en mi rol. Veo su nombre y no el mío. Lo veo en todos los libros, documentos. Lo oigo en los comentarios de mis compañeras... Pero no importa, yo sé que soy única e irrepetible y que por mucho que desee ser parte completamente del equipo por más de un año, no es verdad, no lo soy. Puede que, si lo hago bien me llamen, eso basta como para motivarme a seguir día a día. Al fin y al cabo, el ego no da de comer ni ayuda a aprender. Un nombre escrito en una pared no hace nada, o el reconocimiento social de nuestras acciones. Lo que llega a algo son las acciones, y tan pronto como deje de sentirme "fuera del equipo", estaré ya dentro...Lo sé mejor que nadie. Un consejo para terminar: Buscad la belleza. Es la única lucha que merece la pena en este asqueroso mundo. Ramón Trecet.