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lunes, 9 de febrero de 2009

Luchas paralelas

Hablando con Ana de uno de esos temas no aptos para gente sin ideología alguna, hemos llegado a algunos puntos interesantes sobre el porqué del fracaso de las luchas izquierdistas ( quedamos como gente con ideas surrealistas, poco prácticas y flopis.Nos diluimos en el idealismo maravilloso utópico...)

Y nos queda, como único camino eso, pensar en la lucha entendida como confrontación directa y agresiva contra todo aquello que está dañando este mundo:
- Las multinacionales (Tirar huevos contra los McDonalds que tanto trabajo dan a la gente)
- Insultar a los que piensan distinto, llamarles de todo menos guapos. (capitalistas, neoliberales...)
- Tirar botes de coca-cola a los antidisturbios

No es posible cambiar nada a golpe de violencia, de insultos o de oposición radical e inamovible. Cambia más aquella persona que se siente comprendida que aquella que se siente agredida.
Hay asociaciones que están teniendo propuestas interesantes para impactar en la sociedad de otra forma. Algunas son bastante divertidas y se pueden ver aquí

A estas formas de lucha izquierdista, que afortunadamente no son la totalidad de las acciones sociales, se les puede sumar una especie de tendencias como la de adornar con panfletos las universidades, donde se explique todo dentro de conceptos absolutos (camaradas estamos en la lucha) y estratosféricos, que excluyen al 90% de la población, o bien invadir las mentes de la gente con discursos catastrofistas en los que el mundo se va a hundir pasado mañana.

Radical viene de Raíz. Ir a las raices, no quemarlas por completo. De modo que,charlando hemos llegado a la conclusión feliz de que, tal vez lo que les hace falta a los colectivos de izquierdas es en primer lugar, estar más cercanos al mundo real, entender las claves con las que se mueve la gente y aceptar tal vez que formas de cambiar los mundos particulares que componen el mundo pasan necesariamente por ser menos cabezotas y aceptar otras filosofías de vida distintas.

De ningún modo se trata de dejar de ser críticos o críticas con la realidad, porque eso anularía la acción social por completo: se trata de aceptar la posibilidad de otras formas de afrontar los problemas que pueden potenciar incluso los cambios en la sociedad.
Poníamos como ejemplo Intermón, una ONG, que ha crecido mucho en los últimos años, de comercio justo, que es criticada por utilizar medios capitalistas para expansionarse dentro del mercado (siempre pagando bien a sus productores, que es la base del comercio justo).
La crítica de otras cooperativas es el uso que hace Intermón de estos medios, además de que no dedica tanto dinero a la cooperación directa.
Pero, me comentaba Ana, que es la única ONG que puede llegar en catástrofes directas a realizar una acción rápida (porque es la única que tiene un avión propio, por ejemplo)
En cierto modo, ese fin justifica que se vendan productos de Intermón en el Corte Inglés, porque ¿no se trata de promover el comercio justo?
Polémico tema, teniendo en cuenta que es el competidor más fuerte actualmente, de todas las cooperativas que promueven este tipo de comercio en la actualidad. Está utilizando aquello que se critica para expandir sus productos en el mercado español.

Es complicado, un dilema moral bastante gordo: ¿Se trata de conservar los principios o de cambiar las cosas?
En cierto modo, los grupos de oposición social son importantes y en tanto que se amoldan a aquello que se propone, también pueden caer en la incoherencia. Es la pregunta de ¿Nos amoldamos al sistema que no queremos o permanecemos hasta la muerte como colectivo de valores firmes e inmutables? ¿Contribuimos a alimentar aquello que nos parece injusto?

Tal vez en la resolución de este problema y en el equilibrio entre molestar y oponerse a las injusticias de forma no violenta, pero diferente, y utilizar los medios positivos del sistema capitalista para promover cambios esté el futuro de las acciones de izquierdas. Digo tal vez porque se trata sin duda de un equilibrio difícil de mantener y que puede dar lugar a situaciones extrañas.

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