Urbanismo Protesta

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viernes, 19 de junio de 2009

Cordones (2)

Desde que se han abolido los cordones de los zapatos, la vida de los educadores infantiles es mucho más fácil: basta con abrochar esos chismes que llevan los enanos en las zapatillas, y se acabó.
El problema es que, a veces los niños no desean llevar zapatos; a veces o casi nunca en casos muy concretos de pequeñajos con ansias de pisar el suelo con los pies desnudos en una especie de vuelta a la edad neardental y estos mecanismos les facilitan la huida desesperada de la imposición civilizadora de los zapatos.

Yo, al igual que muchos críos, tampoco llevo zapatos con cordones, sólo si voy a correr los domingos al parque (proyecto que está en mi cabeza desde que se inauguró la Operación Bikini, más o menos a mediados de Marzo). Ahora he decidido caminar con unas divinísimas sandalias de cuero marrón, con un taconazo de al menos 2 cms. La pregunta es ¿Para qué una persona lo suficientemente alta se permite el lujo de comprarse unas sandalias con tacón?

La razón es casi la misma por la cual los críos de 3 meses llevan patucos: Es decorativo. ¿Por qué a ellos no les colocan una tela de jamón en los piés que les tape lo suficiente, si hoy en día, además apenas pisan el suelo porque todo es archi-mega-ultra-peligroso? Por el mismo motivo. Queda estético.

El caso es que he estado caminando con ellos durante 5 días (con el descanso intermedio de las noches y comidas) con el objetivo de sentirme ¿femenina? y un poco elegante, y las conclusiones sobre el estudio son las siguientes:


- Llevar tacones produce preocupaciones relevantes como por ejemplo: ¿Resbalará este suelo? ¿Habrá socavones en aquella acera? ¿Podré llegar hasta la siguiente esquina sin que se me tronchen los tobillos o se me baje toda la sangre a los pies?
¿Si me persigue un violador, qué hago: me quito los zapatos y salgo corriendo, o se lo tiro a la cabeza directamente a ver si acierto y le abro una brecha en el cráneo?

(La caza con tacón podría ser una modalidad deportiva interesante...)

- Los tacones son divinos, dan impresión de fragilidad y elegancia, que es un rasgo atractivo para los hombres...- (la percepción de la elegancia suele ser cultural, la fragilidad es real, y más cuanto más altos son los tacones)

- Si te duelen los pies te puedes sentar y dejar que la sangre fluya por tus pies un rato, para después gangrenártelos cuando te pongas otra vez de pié. Con suerte no hará falta ni que te pintes las uñas...

- Hay chicas que llevan tiritas en el bolso para poder ponérselas en caso de tener rozaduras, de modo que si tienes alguna herida, pregunta siempre a una mujer con tacones.

Quisiera acabar esta entrada defendiendo encarecidamente el uso de zapatillas con cordones en cualquier momento de la vida social, incluidos congresos y fiestas de etiqueta.
Es cierto que han vuelto las zapatillas bajitas, las dichosas manoletinas, pero no son lo mismo...
Y es que las zapatillas con cordones son seguras, cómodas, desarrollan la motricidad fina (no sólo a los críos, también a los adultos que ya no tenemos movilidad en las manos de tanto utilizar aparatos con botones) y la atención, porque cuando tienes los cordones desatados te los tienes que atar o evitar pisártelos.

¡¡¡Los cordones son pedagógicos!!!! No los dejen morir

1 comentario:

Paula Edith dijo...

Odio los tacones -.- Si llevas tacones no puedes hacer nada divertido, y encima hasta caminar es díficil con ellos. Cuando no puedo llevar zapatillas o botas, uso zapatos con cordones o sandalias sin tacón, que aunque son molestas por lo menos no hacen daño y se salen fácil.
De hecho, la única vez que llevé tacones fue en mi fiesta de egresados, y lo único que recuerdo es que quería quemarlas xD. Me torcí cada tobillo dos veces mínimo y fue una tortura caminar a casa con todos los baches de las veredas.