Hoy ha sido una gran fiesta: La fiesta de la bicicrítica.
Para los que odian las masas y le han otorgado a este término un significado un tanto negativo, comentaré que la Bici-crítica, es precisamente una masa de personas en bicicleta (de la que me siento parte integrante) que decide tomar las calles durante los Jueves últimos de cada mes.
¿Porqué lo hacemos?
Para reivindicar una ciudad más limpia, con carriles bici, no sólo para que los turistas exclamen ¡oh, qué bonito!, sino para que los que trabajan, estudian, o simplemente quieran pasear, puedan hacerlo sin miedo a que los coches los arrollen, o sin tragar todo el humo de los coches conducidos por "enlatados" y "enlatadas".
A quién me diga que es imposible, que pase unos días en Barcelona, o cualquier ciudad un poco Europea, y después vuelva a repetírmelo. No es ninguna locura, simplemente se trata de hacer de Madrid una ciudad más humana, donde quepamos todos, no únicamente los coches.
Observaciones a la bicicrítica de hoy:
Alguno se han enfadado notablemente, en algunas rotondas, llegando a salir del coche para bramar como si les fuera la vida en volver por encima de todo. Gran paradoja: si es un atasco de coches, no se te ocurre salir para insultar al que tienes enfrente.
Hay que reconocer que en algunos puntos la gente iba muy despacio y los parones se han prolongado más de lo necesario. En ese caso entiendo a los pobres enlatados. (Conducir latas gigantes produce efectos como la mala leche.)
No obstante, el recorrido ha continuado sin graves incidentes, amenizado por los comentarios de la policía del tipo: El ciclomotor que se eche a un lado (entre otros, que a mí particularmente me ha parecido un tanto peculiar, porque no sabía que las bicicletas se condujeran solas y mucho menos que fueran ciclomotores.), y cómo no, con la maravillosa música que nos han proporcionado las megafonías, que invitaba a pedalear y bailar al mismo tiempo (algunos lo han hecho).
Además, he de comentar los momentazos únicos e irrepetibles:
- El momento en el que nos hemos metido por la M30, idea que no a todos nos hacía demasiada gracia inicialmente, pero que luego se ha convertido en algo entre divertido y solemne. Me sentía como un piojo en medio de la inmensidad de la carretera y los puentes.
- El momento de arranque, teniendo la cibeles a nuestro lado, más cerca que nunca.
- El momento en el que hemos colapsado la Plaza de castilla al grito de arriba las bicis, acompañado de un concierto de timbre en DO mayor. Mientras, algunos cogían sus bicicletas en brazos y las levantaban para que se vieran bien.- La entrada por un tunel de carretera (gran locura que no cometería si fuera sola)
Me quedo con dos frases de la protesta-propuesta de carril bici:
En abril, bicis mil. ( Y no hay sitio para ellas en Madrid)
No contamina, ni gasta gasolina.
Porque no sé si lo sabe la gente, pero no hay energía más limpia que la energía humana.
(Interprétese bajo el prisma de la Utopía con mayúsculas)
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