Hay una loca de la casa en nuestras cabezas.
Y es que, o la aceptamos o se vuelve cada vez más loca con el paso del tiempo. Pobrecita. Quieren encerrarla entre cuatro paredes, hacerla ser formal, vestida con traje de uniforme y corbata, pero ella continúa con sus pelos alborotados, con su falda raida y su mirada de mil colores, traspasando el horizonte.
Señores del jurado, no la acusen de demente o asesina, porque ellatan sólo cometió el delito de tejer sueños, de alimentar la alegría de lo inexistente. De su cabeza nacieron mil sueños, como Peter Pan y Nunca Jamás. De sus labios nacieron como flores, muchas historias y aún le quedan historias por contar.Ella peina los sueños y las pesadillas. Dejénla tranquila. No la atosiguen con mentiras, pues su inocencia es tal que se dejaría engañar sin ser mala intención la suya.
No hagan preguntas absurdas ni la encadenen, marcándola con los hierros candentes de la incomprensión o la razón sin corazón.
Porque, lo queramos o no, en nuestras almas se encuentra al menosuno de sus cabellos revueltos, que de vez en cuando nos recuerda que somos seres humanos. Matarla completamente sería despertar de veras a la locura.
domingo, 17 de febrero de 2008
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