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sábado, 9 de febrero de 2008

Sobre lo público y lo privado (Discusión filoblóggica)

Queda inaugurada la filobloggía, una nueva etiqueta para las entradas de este blogg, en honor a mi querida amiga, la filosofía. No lo puedo llamar filosofía porque yo no filosofo, yo me hago preguntas, nada más ( ; )
Lo de esa gente que se sube a una tarima y recita de memoria las teorías de los autores como si fueran papagallos no va conmigo. A no ser que me demuestren que tras la teoría se esconde algo, una pregunta, sobretodo algo esencial para entender las lineas del mundo. Lo otro son competiciones de sapiencia que no tienen fundamento alguno.
En realidad lo que quiero decir es que, mi amiga la filosofía huye de esos lugares como la peste, o está bastante ausente, o así es como lo veo yo. Que al final si no hay pregunta tampoco hay respuesta.
(Ah y lo de Filobloggía es porque no llega a la altura de la filosofía dialogada, de ninguna de las maneras.)

Bueno, vamos al meollo de la cuestión: en uno de los comentarios discutía con Aristófanes sobre las ideas de "individualismo", lo "privado" y lo "público". Y discutiendo, llegamos a cierta pregunta ¿Qué es lo privado? ¿Y lo público? Probablemente no pueda dar una respuesta filosófica, dado el alcance de mis propios conocimientos. Lo que sí puedo hacer es poner un ejemplo de lo público y lo privado.
Cuando yo era pequeña, en mi barrio había una asociación de vecinos, formada hace por lo menos 15 años (ahora ya no existe). La gente se conocía entre sí, hacían muchísimas actividades juntos, organizaban las fiestas para todo el mundo, e incluso se realizaban actividades con los niños. Yo misma recuerdo estar en la calle horas y horas jugando con otros niños del barrio, y no hacía falta alguna que fueran personas especializadas en ocio y tiempo libre, lo hacían porque les motivaba y porque era su barrio.
Cuando acababan las fiestas había manguerazo, se limpiaba todo perfectamente (además de empaparnos a todos los críos y crías que andabamos por allí jugando)
Bien, allí lo público es aquello que montaban entre todos, el espacio compartido y las relaciones que se daban entre unos y otros, inclusive la organización que se daba en un momento dado. Y las normas.

Lo público, podría decirse que es ese espacio compartido por varios seres humanos, en función a una organización y unas normas específicas (limpiar la calle, por ejemplo).
Podemos hablar de espacio físico o de espacio no tan físico, pongamos "espacio relacional", pensando en esa red social que se da de forma espontánea entre la gente.

¿Y lo privado qué es pues?

Ahora viene lo complicado: podria decir, que el lugar donde te dejan "ser tú misma" es el privado. (nota: el femenino no es una errata es una reivindicación)
Pero es que, tampoco es así totalmente, porque en el público también eres tú misma. No creo que sean conceptos contradictorios. Más bien los entiendo como complementarios.
Porque, sea como sea, lo público incide en lo privado. No obstante, lo común es contraponerlo, entenderlo como aspectos diametralmente opuestos.

Vale, todo eso tiene su fundamento, y supongo que la base es la defensa del individuo como objeto de derechos frente a otras organizaciones superiores, que lo puedan atropellar y decidir por él. Eso es innegable, la persona tiene derechos, lo contrario ya se ha visto históricamente, y la misma aprobación de los derechos humanos tiene que ver con la experiencia de la humanidad en este tipo de situaciones.
No obstante, no se puede decir que las organizaciones no estén organizadas por seres humanos o individuos. La idea del individuo contra el sistema es un poco érronea a mi juicio. Se despersonaliza el sistema al igual que se hace con el concepto de privado y público. Lo público es, aquello que me impide actuar autónomamente. El sistema es aquello que coarta mi libertad.
Se asemejan mucho ambas concepciones de la persona como algo que no pertenece a la vida pública, sino como un ser "anulado" por la vida pública.
La vida privada debería ser redefinida de otro modo, no como la parte de vida donde los demás no te influyen. Porque si algo es innegable es que todo el mundo cuando descansa piensa en cómo hace las cosas en la vida pública, o trata de recordar cosas que le han sucedido a lo largo del día.

La conciencia de hecho es algo que recoge esa vida pública. Pero ahí también hay otro problema: el de que se entienda como Freud, una especie de capa superpuesta a la persona, y que debajo hay algo escondido. Si tal cosa fuera verdad, no me gustaría vivir rodeada de seres humanos. Figúrate si a alguno se le cruzan los cables y sale el subconsciente a flote.
Vale, de acuerdo... estáis pensando: ya ha sucedido. A eso lo llamamos trastorno psicológico, malas circunstancias de vida o situación desesperada. Es bien diferente una cosa de la otra. No todos los días a alguien le aflora el subconsciente, porque por muchos sucesos que haya siempre hay una normalidad.
En cierto modo, nos reorientamos en torno a esa conciencia, si no fuera así seríamos unos antisociales; y la conciencia se alimenta de las experiencias vividas, se construye con algo externo, así como el autoconcepto y la autoestima.
De modo que, lo privado no puede ser lo contrario de lo público.
Es evidente que es necesario estar a solas, pero cuando esto sucede estamos acompañados por todas esas experiencias que hemos aprendido e incluso por todas esas cosas que nos van sucediendo en sociedad.

(Mc Pollo habla sobre ello en Tras la virtud, si es que no me lo he inventado.)

3 comentarios:

Aristófanes dijo...

No me gusta nada que la gente confunda la historia de la filosfoía con la filosofía. Subirse a recitar autores es hacer historia de la filosofía. Buscar un problema y buscarle solución usando cualquier herramienta disponible es hacer filosofía. Los matemáticos hacen filosofía, los ingenieros hacen filosofía, los filósofos que llaman prácticos hacen filosofía, los filósofos que se escudan en el "Aristóteles dijo..." no hacen filosofía, hacen historia. Y ahora que ya me he desahogado, y dejando de lado que yo creo que esto puede ser mejor que la filosofía dialogada...

Me gusta eso de que veas lo público y lo privado como complementarios. Normalmente se suele decir que lo privado es aquello que sólo afecta a uno mismo y lo público es lo que afecta a varias personas. Lo que yo hago en mi casa con mi dinero es algo privado, no tiene por qué meterse nadie; lo que hago con mis vecinos es algo público porque mis decisiones afectarán a varias personas. Ahora, viene la duda cruel: pensemos que yo con mi dinero fundo un hospital privado, con sus empleados y su tal y cual. ¿Es algo privado o público? En principio, mis propiedades son privadas, así que el hospital es mío y hago lo que quiero. Pero es una entidad que proporciona un bien básico, así que más público que eso no hay nada. Solución: hoy en día están buscando una forma de eliminar esa problemática distinción, ya veremos si lo consiguen...

En fin, todo eso era para darte la razón, lo que pasa es que me gusta enrollarme. Lo de los derechos humanos es harina de otro costal, son unicornios muy bonitos. Y lo del sistema como aquello que coarta mi libertad es una expresión un tanto extrema, casi de anarquista. Ojo, me caen muy bien los anarquistas, pero es que creo que el sistema también tiene sus cosas buenas...

Lo de Freud...hoy en día poca gente sigue sus teorías, pero prácticamente nadie niega su división de la mente en super-yo, yo y ello. No se trata de que el super-yo sea lo que asume el papel de los padres y tal y cual, eso es casi absurdo hoy día. Se trata de que ser conscientes de todo lo que hacemos o pensamos en un día nos volvería locos. Mi pregunta es: ¿por qué no te gustaría vivir rodeada de seres humanos así? Creo que no me queda muy claro ese último párrafo, vaya. ¿Qué tal si seguimos peleándonos eso del subconsciente y los humanos?

Un saludo!

Sarilla Malibú dijo...

¡Bienvenido Aristófanes!
Primera objección: Citar a Aristóteles no es necesariamente incurrir a una falacia de autoridad.
Eso puede suceder con cualquier autor, sea Aristóteles, Niestzche o Kant (o a quién te apetezca mencionar).
Estoy de acuerdo contigo en aquello de que la filosofía busca solución a los problemas humanos.
Mira me gusta esa idea, en eso estamos de acuerdo.
Me explico, lo de que no me gustaría vivir rodeada de seres humanos cuyo subcosciente puede en cualquier momento volverse del revés, es porque no comparto eso.
Creo que hay personas que tienen un desequilibrio mental (negarlo sería vivir en el mundo de la piruleta cósmica y tampoco es plan)
pero no creo que tengamos algo que haya que aplastar o mantener escondido en nuestras neuronas.

Me parece una idea bastante ¿ridícula? De hecho pienso que todo el mundo tiene un fondo positivo, sólo hay que mirar un poquito debajo a ver qué hay.
Vale, no soy ingenua en cuanto a que no me fío de toda la persona que pasa por delante de mí, simplemente confío en que todas las personas tienen un fondo bueno, y que la mejor forma de ser felices es desarrollarlo.

Lo del subconsciente no me lo creo, porque me plantea muchas dudas sobre la forma de pensar/sentir humana:
¿Dónde está el subconsciente? ¿No puede ser nada más que una memoria vital? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué pruebas tenemos de que existe?
Yo tiendo más a pensar que la persona tiene muy poco innato, y va modificándose con la educación, configurando una personalidad "social". No creo que debajo de las personas quede un poso de oscuridad intocable. A no ser que tengan los cables cruzados por una patología (tipo esquizofrenia, pongamos)

Lo de ser superconscientes, no sé tú, yo sé lo que hago siempre, no tengo por costumbre perder el control.
Y no estoy loca (o eso espero)

Saludos filoblóggicos

Sarilla Malibú dijo...

Por cierto, el próximo día me pongo con la conciencia, que es un tema que me tiene atrapadísima.