Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

domingo, 9 de diciembre de 2007

Dolor...

El dolor me parece una piedra incrustada en el alma que a veces no hay forma de sacarla de dentro, y cuando más tiras, peor te va, más te duele el dolor, el dolor hay que dejarlo salir, o permitirle estar, mientras las cosas van fluyendo, mientras la vida pasa y tienes que dar la cara ante lo que va sucediendo. Y es una forma además de hacerse fuertes, de dominar los problemas.
Pero es que, a mí a veces me duelen cosas que no deberían. Me duele el dolor ajeno, me llena por dentro y de pronto me siento, triste, si escucho a alguien llorar. Me parto con los demás, cuando ellos se parten en dos.
Una vez, una amiga mía se derrumbó, porque no se encontraba a sí misma. Y yo la abracé, fingiendo fortaleza. Pero por dentro, algo se me rompía en trozos. No sé cuantos corazones tengo, pero ante el dolor ajeno me desmorono, me siento parte de él, porque lo comprendo. Quisiera ser un poco más fuerte para poder ayudar sin sentirme afectada por ello. Pero no puedo, en cuanto me doy cuenta, noto que el dique del dolor se desmorona dejando salir las lágrimas en forma de cristales.
Me rompo. Soy frágil como un cristal de murano. Demasiado frágil. Demasiado humana para ser humana. A veces me gustaría, simplemente, ser de hierro fundido para que los dolores ajenos no entraran en mí, y me afectaran tanto.

No hay comentarios: