Urbanismo Protesta

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viernes, 28 de diciembre de 2007

El final se acerca. (música siniestra de fondo)

Llega el final de año, y me revuelvo en mis pensamientos más que nunca.

Mil imágenes desfilan por mi mente, mil lecturas, mil pensamientos (nunca he sido capaz de contarlos así quedo bien, diciendo un número al azar...). Prefiero la compañía de la gente, dado que últimamente no me furulan las ideas, me pierdo en obsesiones raras, en retazos del pasado; no sé porqué, siempre me pasa a final de año.

Me pone de mal humor saber que el tiempo pasa, así sin más, y que no soy el proyecto de persona que he soñado siempre. No obstante, soy otras cosas diferentes, que jamás me planteé que podría ser.
A los 18, por ejemplo, sabía que quería trabajar con gente. No había otras metas reales cerca, la cosa era conocer otras formas de ver la vida.

Ahora, no sé muy bien, creo que estoy a punto de alcanzar esa meta tan idílica en mi mente y tan poco idílica en la realidad: la enseñanza. Pero, como siempre, ando al filo de las ofertas de empleo, esas tan tentadoras que te dicen: "Hola, te hemos llamado... pero aún no te diremos nada, una pausa después de la publicidad, tú sólo dinos que aceptas cualquier cosa... ya te llamaremos, mantente a la espera, y asegúranos que te comprometes a no abandonar este maravilloso puesto de trabajo".
Te emocionas y súbitamente nada. De nuevo la juventud y la inexperiencia son motivos para saber, que no te van a llamar, que vas a seguir tejiendo sueños tontamente, que sigues ahí, tirada en la cuneta, armando utopías de un futuro que nunca llega del todo.
Somos criaturas frágiles, perdidas en este ancho mundo, que a veces si no te peleas un poco, te empujan fuera, y de pronto te encuentras en la estratosfera, mirando cómo otras personas viven sus vidas maravillosas de Televisión, y tú ahí, sola, sonriendo a la pantalla, esperando que alguien te quiera incluir en el guión.

Da lo mismo. No importa estar fuera de toda esa vida ideal que nos transmitieron, en la que lo más importante es tener casa, coche, marido e hijos. Da lo mismo, sabemos que las familias felices e idílicas son raras hoy en día. Muchos de nosotros, las nuevas generaciones no sabemos si mañana tendremos algo o seguiremos ahí, parados mirando pasar los días, tragando basura en los trabajos temporales que van lloviendo, o en los trabajos temporales en los que te dicen que te harán fijo o fija si lo haces bien.

Da igual, hay que pelearse por conseguir ese guión. Pero no escrito por los demás, sino por tí misma. Si alguien quiere incluirse en él, pues fenomenal. Pero mientras tanto, la pluma es mía, y escribo con ella lo que me place. Al que no le guste, que no lea.

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