Esta mañana he paseado por el parque Juan Carlos I, de gran perfección arquitectónica y grandes praderas.
Yo esperaba encontrarme un desierto (dadas las vacaciones de semana santa, la gente huye despavorida de Madrid, lo cual es perfectamente entendible, dada la vida que llevamos aquí...)
Pero, no, craso error, Sara... te has colado.
Me encontré en medio de la casa de la pradera: todo plagado de niños y niñas de todas las edades (para que luego digan que la profesión de una no tiene futuro...no coments) seguidos por padres y madres de todas las edades.
Para que nos entendamos, si hoy es domingo, llamémoslos, domingueros de parque, por meterme un rato con la gente, nada más...
Oye, y no hay nada más divertido que observar a los domingueros y domingueras que habitan el parque: se suelen concentrar en las zonas de cesped, portando pelotas que hacen rodar por todos los lugares con sus hijos/as (lo más corriente es que el pater familias se encargue de la enseñanza futbolística, debe ser que aún andamos en un país de tópicos muy tópicos) mientras la madre observa desde lejos cómo hacen el canelo el pater y sus hijos.
Lo más divertido de cotillear en los parques es que, entre las parejas, el que no tiene hijos, tiene perro, o cometa, o todo junto; son combinaciones que suelen estar presentes en el ocio del parque juan carlos en cuanto a los domingueros se refiere.
Bueno, y lógicamente, el que no tiene todo eso, tiene una bici o triciclo, y va por ahí haciendo eses para demostrarle a su familia que sabe conducir mejor que en la carretera con la bicicleta.
Y a mí todo esto, realmente me parece como una película que miro y admiro desde lejos y la pregunta que me hago es ¿ Realmente merece la pena tener una hipoteca para poder hacer el canelo en el parque?
Porque toda esta gente no es millonaria, fijo. Pero siempre me pregunto cómo habrán encontrado su sitio, cómo habrán conseguido esa vida que a simple vista parece tan sumamente ideal. O tal vez es que me gusta imaginar vidas ideales, en los parques, debo ser una especie de voyeur de vidas ideales.
No lo sé, en cualquier caso, demos la bienvenida a la semana santa, y a este sol que, pase lo que pase va a brillar, al menos mientras vivamos.
domingo, 16 de marzo de 2008
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