Urbanismo Protesta

  • http://bicicritica.ourproject.org/web/
  • http://quierescallarte.ourproject.org/

domingo, 30 de septiembre de 2007

Empezar de nuevo

Para algunos el año empieza el 1 de Enero, mientras que para otros, los estudiantes y currantes que no han encontrado aún nada, comienza en septiembre u octubre, con el estreno de un nuevo trabajo o una nueva vida.

Realmente el tiempo de verano apenas dura 2 meses, lo cual significa que a algunos nos entra la sensación espantosa de haber perdido el tiempo durante las vacaciones. Sin embargo, el invierno dura mucho más, y eso significa que hay mucho mucho tiempo para hacer cosas, para crecer interiormente y exteriormente, y para conservar aquella gente que se ha conocido durante el verano. O al menos de intentarlo como sea.

Lo mejor del invierno es estrenar vida nueva, o si no, vida vieja, en ese caso, reestrenar la vida anterior, interrumpida por las vacaciones, con proyectos nuevos o con proyectos de mejora de lo que ya existe... me encanta esa sensación de reestreno, de que algo agoniza, aunque sea el verano y la ausencia de activivades, para reconectar con la vida, con sus conflictos y cosas buenas, con los fallos técnicos y los aciertos nuevos. Realmente eso es lo bueno: el reencuentro con la gente, la vidilla social, el ruido que llena los oidos, por contraste con el silencio de Agosto en Madrid.

En realidad, la gente que desprecia lo cotidiano no sabe lo que hace, porque la mayor parte de la vida se desarrolla en lo cotidiano y no en lo inesperado, y aunque las aventuras y los viajes sean una desconexión muy buena, no deberían ser lo único que valoráramos.
El otro día me encontré con una chica que tenía pasión por los viajes de erasmus porque se lo había pasado muy bien en Canadá (entre la borrachera y la resaca) conociendo a gente de todas las partes del mundo.
No desprecio su experiencia: es más, me gustaría viajar para conocer más cosas, para abrir mi mente a otras formas de ver la vida.
Pero realmente lo que critico de esta nueva cultura del viajar sin pasar por los paises y sin conocer nada de ellos es el hecho mismo de considerar guay un viaje, por el mero hecho de serlo, aunque no se trate de conocer nada dentro del país. Aunque se haga superficialmente, con ceguera absoluta sobre lo que se está visitando.
Muchos erasmus regresan a su país con ganas de volver, no por el país sino por la comodidad de la situación, porque allí llevan la vida ideal del estudiante que tiene 5 fiestas diarias. Me da igual que me llamen amargada, no lo soy, pero yo si visitara un país, me gustaría conocer mucho más de él, y tratar de verlo lúcida (no con las venas llenas de alcohol). No todos los erasmus son así, pero muchos de ellos ni llegan a tocar con la yema de los dedos el país, a mirarlo realmente como es.

El auténtico viaje se realiza cada día, de casa al trabajo, desde una forma de pensar a todas las formas de pensar que se cruzan con nosotros, y de unos proyectos de vida a otros diferentes.
Cada conversación es un viaje de ida y vuelta, una oportunidad de abandonar el país interior, para conocer otros paises. Y esperando esa oportunidad de oro de marcharnos, nos pasamos la vida ignorando la gran cantidad de países personales que podríamos visitar si no nos creyéramos que los conocemos de antemano.

1 comentario:

Sr.DelGaS dijo...

Estoy contigo, cuando yo me voy de viaje intento empaparme de la cultura y demás de allá donde vaya, no de alcohol y fiestas de gente tambaleándose de un sitio al otro de la habitación ;)