Urbanismo Protesta

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viernes, 16 de noviembre de 2007

Pájaros

Imagínate que eres un pájaro enjaulado. Vives en una jaula que apenas te permite bañarte en un charco de cacas, picarle el dedo al dueño de la jaula cuando hace la gracia de acercártelo, y contemplar la vida a través de dos barras de color dorado, pongamos. (ponerle los colores que queráis a la jaula, que será de cualquier manera una jaula.)
De pronto se abre la puerta.

No se si sabes que los pájaros enjaulados cuando ven una puerta abierta se aferran a los barrotes como si fueran lo único conocido. Y en realidad, es una gran verdad, los barrotes son lo único conocido, hasta que te giras y ves, que hay una ventana al cielo.
Lo primero de todo es batir las alas con miedo, pero al estar entumecidas, te tropiezas y te caes fuera de la jaula. La primera mano que te tienden parece esconder un pincho desgarrador en algún lado. La segunda mano, es mullida, cálida, es como una caricia.
Quisieras aferrarte para siempre a ella, tenerla contigo para siempre a tu lado.

Y ese es el segundo dolor, aceptar la transitoriedad de las cosas. En la jaula no había ese calor, y tienes miedo a perderlo. Pero al batir un poco más las alas, te das cuenta de que, no hay peso, no hay techo contra el que chocarse, de modo que te ves ligera, vuelas como las águilas más veloces. El calor no se va, permanece contigo, te ayuda a moverte.

Contemplas a un pájaro que cayó en pleno vuelo, y sin saber qué te mueve, haces un picado para rescatarle. Al mismo tiempo escuchas a otro que vuela un poco más alto refunfuñar sobre la monotonía de volar. Para ti es como un arte, una perfección continua. Para él es una obligación moral “quién habrá sido el desgraciado que habrá inventado las alas” farfulla. Quisieras decirle:” Peor castigo ha de tener el que inventó las jaulas”. Pero no te va a entender, porque nunca ha estado en una de ellas, en realidad se olvidó de la dificultad de volar en cuanto pasaron unos años después de su aprendizaje.
Volar es una caricia en tus plumas. Contemplas el suelo, pero no lo ignoras. Las nubes hacen formas caprichosas, pero prefieres no creértelas demasiado. Puede que hayas aprendido a volar, pero no olvides tus raíces. En la jaula también aprendiste cosas, lo creas o no, son tu pasado.
Da igual la jaula de la que provengas. Todos tenemos nuestras ataduras, y en cierto modo madurar es desatarse…
Si no aceptas las alas que te han dado, es cosa tuya. Todos tenemos alas, o pájaros a nuestro lado. Espero. Si quieres hundirte, es cosa tuya, yo no te voy a dejar. Si quieres leer sobre lo que no merece la pena, lo siento, esta no es tu lectura.
Buscad la belleza, es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo. La belleza de vuestros actos y de vuestras acciones, no la belleza superficial, espero que se me entienda.

Pd: Abstenerse de opinar aquellos que hayan establecido una analogía entre volar y fumar marihuana. Va más allá ;)

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