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martes, 2 de octubre de 2007

Aire fresco para la enseñanza

Hoy he estado hablando con mi tutora de prácticas, una auténtica profesional de la enseñanza de Educación Infantil, y me ha dejado un tanto helada con sus sentimientos acerca de la situación de la educación en general.

Lo difícil e irónico es que los maestros y maestras que más aportan son constantemente vapuleados por circunstancias complicadas y por padres complicados, (aunque no hay que victimizarse, lo que sucede es que el papel de los maestros y maestras está un poco devaluado, poco valorado, y para colmo eso de que " tienen muchas vacaciones")

Pero es que, las necesitan. Muchos maestros se lo curran realmente, les importa tanto que apenas pueden dedicar tiempo a sus propias familias, y por contrapartida lo que reciben es muy poco a cambio.
Cuando eliges ser maestra, no sabes bien si eliges un ideal o una profesión como es realmente, una profesión un tanto complicada. Las películas nos han dado una imágen muy bonita, muy idealista y casi de super hombres y super mujeres que tienen la capacidad para abarcar los problemas personales de sus alumnos, hasta el punto de que cambian sus vidas y les hacen ser auténticos talentos.

Seamos realistas, un alumno que tiene graves problemas podrá cambiar en tanto de que reciba una ayuda adecuada, y no sólo del maestro, sino de los servicios sociales, de psicólogos y otros profesionales, además de contar con una pedagogía adecuada en el centro en el que estudie, que le haga ser protagonista de su propio aprendizaje, y no un mero receptor de los conocimientos que se acumulan en los libros que tiene alrededor, pero no en su cabeza.

Significa esto que no somos omnipotentes como maestros, que no tenemos capacidad ilimitada y que sin el apoyo de la sociedad estamos en pelotas como quien dice.
La enseñanza, irónicamente, se hace mucho más dura para quien quiere contraeducar, para aquellas personas que quieren trabajarse más las cosas mucho más allá de un sinfín de fichas todas iguales que no son más que meros entretenimientos académicos, diseñados para que los padres vean que sus hijos "estan haciendo algo en el colegio". Aunque sea pegar, pintar y recortar automáticamente o absorver automáticamente conocimientos para vomitarlos en los exámenes (en el caso de primaria). De entrada el que no hace fichas, lucha con eso.

También ha de dar explicaciones continuas de su trabajo, tomarse su tiempo para hacer las actividades, tiene mucho trabajo por delante. Trabajo no valorado, por ser desconocido para muchos.
Cuando critiquéis a un maestro o maestra, preguntaros qué hay tras de ese humano o humana, si realmente no es que nos gusta tanto soñar con profesores ideales que rescatan alumnos, que no nos damos cuenta de que tal cosa no existe, ni en la enseñanza ni en las mejores familias.

Queremos que nos salven, que nos mastiquen las cosas 200 veces y que nos aprueben directamente sin esfuerzo alguno y para colmo nos quejamos de que no nos dicen lo que queremos oir. De verdad, cualquiera que lea esto, que reflexione sobre su forma de actuar con sus profesores y si realmente esta viendo a quien tiene delante o en cambio un ideal.

Aire fresco para la enseñanza. A mí desde lejos me está oliendo a pocho, y me da una lástima tremenda.

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